CHAPTER 039

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Luego de que Ironman ayudara al crucero y sus acompañantes, Peter carga a Kimberly en sus brazos para dejarla en un pequeño pero alto edificio. Con un "ya hicieron suficiente" de Tony, ambos se quedan callados y sentados en el borde con las piernas colgando.

- ¿Te sientes mejor? - le pregunta Peter.

- Sí, solo me quemó aquí - se toca la parte de las costillas y sí, su traje también está dañado. - No tendríamos que haber hecho nada creo...

- Así es - concuerda la armadura de Ironman, volando hacia ellos y aterrizando en el piso. - En el capítulo anterior de "Los adolescentes se hacen los mayores" les dije que dejen este tema pero al parecer no lo entendieron.

Kimberly solo suspira pero Peter se levanta para hacerle frente: una mala idea.

- Pero no. Resulta que el señorito Parker hackea los sistemas de su traje, el que me costó tanto construir, y decide romper las reglas junto a su mejor amiga, e hicieron la única cosa que les pedí que no hicieran.

- ¿Están bien todos? - cuestiona Peter.

- No, gracias a ustedes dos.

Kimberly se toma la panza y se gira hacia Tony:

- ¿No gracias a nosotros?

- Esas armas están en las calles, son peligrosas - continua Peter, levantando los brazos. - Traté de decirle pero usted no hace caso. ¡Esto no hubiera pasado si tan solo me hubiera escuchado!

Kimberly traga nerviosa ante la valentía repentina de Peter y el morocho sigue:

- ¡Si le importaría, estaría aquí!

Tampoco se habrían esperado que Tony saliera de la armadura de Ironman, con su traje impecable y su aspecto de líder. Tanto tiempo sin verlo en persona que a Kimberly lo asombra al principio, y a Peter también. Se adelanta a Peter y Kimberly se apresura para unirse a la conversación.

- ¿Qué no te hice caso? - se indignó Tony, con las cejas alzadas. - ¿Quién crees que llamó al FBI? Yo.

- Tony, no podríamos... - intentó decir Kimberly, otra mala idea.

- ¡Yo fui el único que confió en ti, Parker! -  exclamó él con enojo. - ¡Me llamaron loco por reclutar a un niño de catorce años!

- Tengo quince - aclara Peter y la rubia se tapa la cara con su mano.

- ¡No! - lo calló Tony y lo miró seriamente. -  ¡Aquí cierras el pico! ¡El adulto habla!

Kimberly se asusta por su reacción pero sabe que en el fondo tiene razón.

- ¿Y si alguien hubiera muerto? - ahora les habla a los dos. - Sería otra historia, ¿no? Porque ambos tendrían la culpa. Y si fueran ustedes, yo también tendría la culpa porque soy el adulto responsable.

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