Parte sin título 9

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Un médico recomendó una alternativa para ayudarla, aunque era un procedimiento que no garantizaba el éxito total, lo intentaron, decidieron sedarla unos días para tranquilizarla, luego probaron con la hipnosis y desde aquel día aquel ser huesudo que casi muere por el estado de desnutrición volvió a ser dócil, casi como un zombi, a pesar de que su nueva vida cambio, aunque no tanto como ella hubiese deseado, sus recuerdos ahora eran tan borrosos , ahora esos no causaban el dolor y el miedo que antes; pero a pesar de ello aun sentía temor, aun sentía que algo le habían arrebatado; por mucho tiempo creyó estar a salvo, pero lamentablemente, aquellas heridas de tiempo atrás no sanaron adecuadamente y con el tiempo llegaría a dañar nuevamente a ese pequeño e indefenso ser que necesitaba más que nada a alguien que la entendiera.

Su actitud era muy cambiante, a veces la depresión le ganaba, se encerraba todo el día, sin saber cuál era la causa de aquello, escuchaba música a todo volumen intentando apartar la realidad, sus pensamientos eran oscuros, incluso a veces intentaba hacerse daño, pero lo peor de todo era que no sabía cuál era la causa para tomas aquellas decisiones, sentía un nudo en la garganta y las entrañas le dolían, la aflicción la acompañaba a cada momento y no sabía el por qué, hasta que el insomnio empezó a hacer mella en su cordura.

Es así como aquello se desato, cada una de las cosas que no entendía la fueron dañando, cada noche tenía miedo de dormir a pesar del cansancio, la oscuridad le daba miedo, las personas, todo; a veces se despertaba a media noche con un brinco, asustada, acongojada, intentaba deambular por la habitación por varios minutos, pero esto no ayudaba, la ansiedad la afligía al punto de arrancarle varias lagrimas sin motivo aparente. Después de un tiempo la situación se volvía mas compleja, se aparto totalmente de las personas de su entorno y apenas salía de la habitación para cenar. Fue así como todo aquello que guardo sin querer, en lo mas profundo de su corazón y memoria fue tejiendo telarañas ponzoñosas en aquel ser desafortunado que sin explicación alguna tuvo que soportar a un ser desgraciado que a pesar de ya no estar presente, aun le causaba daño.

Aquella sombra le sujeto la mano con delicadeza, la chica levanto la vista, de sus ojos caían muchas lágrimas, le temblaban los labios, se quedo por un momento perdida en algún lugar del pasado, clavo la vista en el piso como si intentara recoger alguna memoria, quizás la habitación aún tenía algún recuerdo;, aquel bulto pálido se dejo envolver por la sombra a la que ahora ya no temía, entonces se puso de pie, se seco los ojos con las palmas de las manos y se arreglo el cabello, miro el piso y las huellas ya estaban secas, entendió que aquello que le habían hecho fue una infamia, porque sintió que en lugar de olvidar primero tenia que sanar las heridas del pasado, pero su madre no permitió que eso sucediera, nunca le creyeron cuando se atrevió a contar la verdad, sin embargo ella encontró refugio en el sótano oscuro, recordó que de regreso al hospital a veces bajaba a buscar algo que no tenia certeza, algo que había perdido pero no sabia que; la sombra se apartó un poco de la chica, dejo pasar la tenue luz de las ultimas velas encendidas.

¿Ahora entiendes porque estoy aquí? Le dijo aquella voz familiar, la chica camino alrededor de la habitación, con sus dedos recorrió las paredes y los objetos, a un rincón aun estaba ya casi en hilos el oso de peluche, su fiel amigo del que nunca se separaba, lo apretó contra su pecho y retorno la vista hacia aquella sombra, sabia que ahora por fin terminaría el suplicio que le retumbaba en su memoria, cada uno de sus recuerdos ahora ya no la dañarían, así que se acerco hacia donde estaban las velas encendidas, miro a la sombra que flotaba en medio de la habitación, ¿puedo ir contigo?, pregunto la chica, la sombra extendió una especie de mano invitándola, entonces la chica apago una por una las velas, afuera la tormenta arreciaba con tal furia que las paredes y el piso retumbaban, hasta que al fin la chica apago la ultima vela y la oscuridad termino por cubrirlo todo.

Un monstruo bajo mi camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora