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CAPITULO SEIS: Querido problema sin fin.



"Querida soledad;

Me estás matando lentamente, estar con este rarito me pone muy incómodo y más por que le gustan los caminantes, ahora mismo extraño a mis amigos y en especial a una chica con esos ojitos miel y sus grandes pestañas que juraría que tienen vida propia, no sé cuanto tiempo estuve aquí pero es infernal, he estado practicando y puedo emitir sonidos más "reconocibles", eso me alegra.
Merezco un gran premio, pero nadie me lo da y ni intentan hacer algo por mi gran esfuerzo, cabrón. James cabrón, pero...
Nunca he dudado de Clementine ni de Violet, estaba seguro que ellas vendrían por mi, pero con el pasar del tiempo se ha vuelto más insoportable y la paciencia no es lo mío...
Creo que me dí por vencido, al notar que nadie viene por mi. ¿Pero por qué? Soy un chico encantador y todos me aman.
Quizás sea el último escrito que haga, DIGO escrito por que diario se escucha muy gay.
El invierno se adelanto unos diez días y hemos decidido ir por nosotros mismos a la escuela, sí, quizás moriremos en el intento y si es así, encuentren nuestros cadáveres zombificados y bailemos un rato, ¡Hey! ¿Qué les parece? Una idea brillante.
Extraño a Clem, ver su sonrisa esperanzadora. Bueno, si llegas a leer esto quiero qu--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Señorito Louis."

Dejo la pequeña nota en una barra, donde era muy visible, pues aquella apuntaba a todos los ángulos de la cabaña borroneo lo último ya por mera vergüenza, era un día bastante frío, se estaban congelando, afuera había una gran tormenta, aire y hojas volando como locas. El "Fuuuuiuuuu" del viento los llegaba a asustar ya que se abrían las ventanas y a veces la puerta, dejaron todo bien cerrado y abrigados con chamarras que casualmente habían en un armario y las mantas que utilizaban para dormir, de dispusieron a salir, era la hora de la aventura que posiblemente terminaría con uno muerto.
El aire frío tapaba las fosas nasales de los chicos, la nieve que estaba acumulada era muy poco a decir verdad, pero fue agradable verla, cerraron la puerta y caminaron dejando huellas del calzado que traían, decidieron ir al sur, bueno James decidió, por que ni Louis sabía de que hablaba, se mantenían juntos para por lo menos tener un poco de contacto y calidez, este sería un viaje muy pesado y primera vez para Louis que siempre estuvo dentro del internado holgazaneado.

Horas antes, había pasado una gran distracción con las chicas y chico que iban en busca de su amigo.

-¡Violet!- La fuerte voz de Clementine resurgió al aire libre, llamando la atención de varios caminantes que iban por ahí. La rubia abrió de a poco sus ojos, el cansancio la mataba.

-¡Qué mierda fue eso Vi! ¿Estás bien?- La protagonista bajo del caballo, encontrándose a la chica aún tirada, haciendo el gran esfuerzo de levantarse por su cuenta, cosa que le era imposible.

-Si, si...- Su voz era débil, la cabeza estaba a reventar nublando su vista.

-¡Violet!

La rubia reacciono finalmente, aunque seguía aturdida y la cabeza le daba vueltas, camino en dirección donde se escapo el caballo, sin ese animal podían tardar el doble de horas que se propusieron, retrasando su gran misión.

-¡Quedate quieta carajo!- Le gritó a Vi, quien estaba corriendo.

-¡Ve atrás tuyo! ¿Quieres ser desayuno de caminantes otra vez?

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖 𝘾𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙞𝙣𝙚 ⤳𝘵𝘸𝘥𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora