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CAPITULO OCHO: Querida desconfianza.

Ruby caminaba por el patio principal, observando a todos los presentes, pero se fijo especialmente en un hombre, estaba solo y parecía esconderse cada vez más y más de los demás. Su actitud le preocupo y decidió ir a echarle un vistazo. No estaba de más tener precauciones con estas personas, sus pasos no eran del todo discretos pero demostraría que ella no tendría miedo.
Cuando estaba a punto de ir a descubrirlo Nathan y Helena se pusieron en su camino, sus brazos cruzados y una mirada penetrante que automáticamente te hacía sentir culpa, se puso firme, pero su cuello junto su espalda empezó a doler, claramente ella era la más bajita de ellos tres.

-¿A dónde va señorita?- Preguntó Nathan, intento cubrir la vista de su compañero, pero la acción fue muy notoria para la pelirroja.

Ruby recordará eso.

-¿Por qué esta tan escondido?- Levanto su tono de voz, llevo sus manos hasta las caderas.

-Es un proyecto que tiene que terminar.- Está vez hablo Helena, mostrando su arma que reflejaba la luz de la noche.

-¿A sí? Vuelvo a preguntar, ¿Por qué tan escondido?

-No le gustan las visitas, lo distraen bastante.- Gracias a su firme voz llamo la atención de sus otros compañeros.

-Ni una mierda me creeré eso.- Y sin importarle lo que pudieran hacerle, los rodeo y fue hasta Potash.

-¡Hey, vuelve acá!- Corrieron hasta ella, la agarraron firmemente de la muñeca, pero ella se zafó con un palmazo.
Los ojos de Ruby no mostraban broma y estaba determinada a que la dejaran pasar, nadie puede decirle que hacer, excepto de sus amigos. No en su propio territorio.

-Déjenla.- La voz del hombre llamado Potash les sorprendió, no rechistaron y la soltaron.

Antes de irse de nuevo a sus puestos, hicieron una seña con sus dos dedos, señalando sus propios ojos y luego los de Ruby, sabía que la estarían vigilando.

-¿Qué es lo que necesitas?- Su profunda voz le hablo a la señorita que ahora se arrepentía, no quería tener problemas pero ella se lo había buscado.

-¿Por qué estás solo?

-Me gusta estarlo.

-¿Pero por qué?- La curiosidad mata al gato.

-Mira pequeña escoria.- Dejo a lado sus cosas y la mirada se dirigió hasta los ojos de aquella. -Necesito terminar mi puto trabajo que no es de tu incumbencia para que me dejen en paz finalmente, así que quiero que te largues.- Dicho esto la empujo lo más fuerte posible para tumbarla, causándole varios raspones en las manos.

-¡Oye!- Y la fulminante mirada junto a una escopeta yacían de nuevo hacia ella, los escalofríos se hicieron presente al igual que unas cálidas manos.

-Vayámonos Ruby, no te metas con estos pendejos.- Aasim pasaba por ahí y al verla se asusto, supuso que tenía que ver por aquellos extraños.

Y así le hizo caso, se levanto y fue a un lugar seguro para ella a curar sus raspones.

Louis estaba un tanto nervioso, había pasado un tiempo con Kenny y digamos que no fue para nada cómodo, él viejo trataba todo lo posible para no cagarla pero sólo lo hacía peor y más peor, poniendo en apuros al apuesto chico nervioso. Intento con toda su capacidad hacer la más carta romántica con la ayuda de ese ruco, que hablaba de experiencias amorosas fallidas. Eso es lo que le sacaba de quicio.

Él no quería que fuera una de esas experiencias fallidas...

Por lo que sólo puso atención en tres puntos. Uno: Ser cordial. Dos: Demostrar todo el interés por ella y tres... Ser ¿Amoroso? Joder, el chico estaba jodido. ¡Sólo perdió el tiempo! Trato de concentrarse lo más posible para que sea el momento más perfecto, solamente tenía que tocar la puerta, esperar a que salga ella, darle la carta y si acepta llevarla hasta el piano y que sea SU MOMENTO IDEAL. Y si no acepta, tenía que irse a dormir y seguir intentándolo, aunque su autoestima quedaría finalmente pisoteada, nadie rechazaría a Louis Sulieman Hamilton... Se intentaba dar ánimos y subirse el orgullo pero sabía que no resultaría para nada bien, no quería hacerse tantas ilusiones, ya que gracias a estas, había sido rechazado de muchas maneras indirectas. Y no quería parecer un mega urgido.

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖 𝘾𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙞𝙣𝙚 ⤳𝘵𝘸𝘥𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora