Capitulo 23: After of the storm

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Abrí los ojos, me hallaba en una cama, con mis grandes amores, yo en el medio de los dos, me acuerdo lo suficiente para ponerme histérico, me levanté rápidamente de la cama, y me dirigí al baño, mirándome al espejo, me dolía mucho la cabeza, resacón, pero bueno, es lógico. Me senté en el suelo y me puse a recordar, ayer lo hice con los dos a la vez... Los amo a los dos, pero tengo que decidirme, no puedo quedarme con uno solo, mierda.

Dos gritos hicieron que me levantase corriendo y me fuese a la habitación, ya se había despertado, y bueno al verse los dos en la cama... Pues imaginaros, no pude evitar reirme...

-Ca-Carlos, que... ¿Que hacemos los dos desnudos en la cama? - dijo Dylan bastante sonrojado...

-Pues... Bueno... Ayer los tres bebimos muchísimo, y... En fin... No os comáis mucho la cabeza - dije sarcásticamente

-¡NO PUEDE SER! - dijo Cory bastante nervioso - ¿lo hemos hecho?

-Todo indica que si - dije poniéndome las manos en la cara

Se levantaron de la cama, nos duchamos (uno después del otro, este "trio" ya ha acabado), nos vestimos y desayunamos, nadie decía una palabra, nadie miraba a nadie. Yo miraba a Cory, después a Dylan, otra vez a Cory, de nuevo a Dylan...

-¿Me puedes pasar la mermelada? - dijo al fin Dylan a Cory bastante rojo

-S-Si... T-Toma - dijo Cory tarando todos los vasos... Menos mal que aún no tenían nada dentro.

Me eché a reír, me dedicaron los dos a la vez una mirada como diciendo, "¿TE HACE GRACIA QUE ESTEMOS ASI DE CORTADOS CUANDO HEMOS FOLLADO LOS TRES?"
Eso fue lo que hizo que terminase llorando de risa...

-A ver chicos, si, hemos follado ¿Que pasa? - dije riéndome

-¡CARLOS POR FAVOR! - dijeron los dos a la vez

Mi risa incrementaba hasta tal punto de ver puntitos de colores por todas partes, me estaba quedando sin aire, cada vez que me acuerdo... Me sigo riendo. Ellos agacharon la cabeza y empezaron a reír disimuladamente, al darse cuenta que me había fijado, otra vez a la vez, carraspearon y se pusieron serios, eran tan monos... Ay dios mío. Recibí una llamada de mi hermana Annie.

-¿Si? - dije cogiendo aire después de una gran sesión de risa

-Hola hermanito, te acuerdas que día es hoy, ¿verdad? - dijo ella con voz de loca

¡MIERDA, EL CUMPLEAÑOS DE CORY!

-CLA-CLARO - dije levantándome rápidamente de mi asiento.

Cogí mi cartera y me fui sin decir una palabra al centro comercial.
El maldito autobús no venía, de puta madre. Decidí ir andando hasta el centro comercial.
Una vez dentro, fui a una tienda llamada Foot Locker, y allí vi unas Air Force, muy bonitas, era negras pero elegantes. Las cogí y corriendo regresé a casa de Cory, cuando abrí la puerta, ya no estaban en el salón, estaban en el baño, Dylan estaba cortándole el pelo. Me apoyé en el marco de la puerta a contemplar su obra maestra, le estaba haciendo un tupé magnífico. Se giraron, les guiñé un ojo, después llamé a Dylan.

-He ido corriendo a por el regalo de Cory que hoy es su cumple, como se que no lo sabias, diremos que es de los dos ¿vale?

Asintió, después llamamos a Cory. Le tapé los ojos y le cantamos el cumpleaños feliz, después le di su regaló y nos abrazamos los tres. Nos pusimos una película de miedo, y nos fusionamos con el sillón. Cory puso sin querer su mano en el paquete de Dylan, apartó rápido su mano, y se puso colorado... Dylan igual. Me salió una sonrisa, y hice el gesto de negar con la cabeza... Vaya dos.

Cuando acabó la película, me fui con Dylan, Cory se quedó en su casa.

-Dylan, ¿que hacemos hoy? - dije tocándole el pelo.

-No se dímelo tú.

Le cogí de la mano y nos fuimos al banco donde le vi con Ricky, nos sentamos y nos enrollamos un buen rato. Ya era de noche, no había casi luz. Decidimos irnos al centro, a ver que había.

Cuando llegamos, nos pasamos por un barrio de ambiente. Entramos en un bar, y pedimos algo. El camarero, empezó a ligar conmigo, tenia... Demasiada pluma. Al verme de la mano con Dylan, se rió me pidió perdón y se fue a atender a otros clientes. Me vino un olor bastante familiar... Pero que hacía que me pusiese repulsivo. Me giré y juraría haber visto a Ruben como una cuba. Cogí a Dylan y nos fuimos rápidamente de allí.

Ni siquiera después de la tormenta, me libro de él.

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