Capitulo 26: Cosiendo heridas

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Ya han pasado tres meses tras la muerte de Cory, han sido los tres meses mas dolorosos de mi vida, hoy por fin, vuelvo a casa, he decidido irme a vivir con Dylan y Ricky, son los únicos que han estado ahí para apoyarme en este calvario, ahora mismo estoy en el autobús, en el cual encontré al que ha sido y será mi amor verdadero, aun sigo como un gilipollas, esperando a volver a verle, pero se que es imposible, tengo la necesidad de verle, tocarle, abrazarle, besarle... Pero es imposible... Siento decir tantas veces imposible, pero estoy escuchando "IMPOSSIBLE - JAMES ARTHUR" hoy el día es gris, aun queda una semana para que empiece selectividad, y bueno... No estoy en mi mejor momento, hace tanto que no se nada de Carol... Que tengo miedo a que la haya pasado algo... Di al botón que indica que tiene que parar el bus, y me bajé, andaba solo en la noche, llegué a mi casa, abrí la puerta, mi hermana se había quedado dormida en el sillón, la di un beso en la frente, me puse de nuevo mis cascos y esta vez me puse "Let her go - Passenger" empecé a meter todo en mi maleta, y me senté en la cama, acariciaba las sabanas con mis manos, recordando aquellos días en los cuales ahí me despertaba yo, junto a él, al cabo de cinco minutos de estar llorando, me levanté, cerré los ojos, inspiré, y solté el aire, cuando abrí nuevamente los ojos, miré a mi mesilla de noche, ahí estaba la colonia de Cory, la que me regaló, era suya, pero me la dio, hacía frío, así que cogí una bufanda de esas que son redondas, de lana negra, bastante elegante, y eché la colonia en ella, olía a vainilla fresca, joder... Me armé de valor y me marché de allí, cerrando la puerta, dejando atrás un lugar donde nunca regresaría, mi habitación.

Cuando llegué a casa mi nueva casa (llevábamos en ella ya un mes) abracé a Dylan, le besé y el me miró.

-Carlos... Se que le echas de menos... Pero por favor... Tienes que dejar ya de torturarte - dijo Dylan

-Dylan, tranquilo, que el que me haya echado colonia de vainilla no significa que me esté torturando, solamente me gusta, punto. - dije tocándole las mejillas.

El asintió y me llevó de la mano a la cocina, me enseñó la cena que él había preparado para mi, le sonreí, me hacía mucha ilusión. Nos sentamos para cenar, el tiempo pasaba muy lento, empezamos a hablar durante un rato, luego reinó el silencio, cuando terminamos, pusimos una película, y me acurruqué en su pecho. Era tan bonito tenerle a él. Si se fuese también... No se que pasaría conmigo... Tengo miedo a perderle, a estar solo toda la vida. Me quedé dormido en sus brazos.

Abrí los ojos y me encontraba en mi cama, junto a él, le miré durante un rato, era tan hermoso... Le abracé y le besé sus inocentes y perfectos labios, abrió los ojos y me sonrió.

-Hola mi rey - me dijo mirándome a los ojos

-Buenos días mi amor - dije sonriendo

Hoy era sábado, y no nos apetecía mucho quedar la verdad... El movil de Dylan sonó...

-¿Si? ... ¿ENSERIO? ¡Claro! ... De... De acuerdo, en dos días estaré allí - y colgó antes de poder decir quien era me dijo contentísimo - ¡CARLOS HAN ACEPTADO MI BECA, EN IRLANDA! ¡HAY TODAVÍA CINCO PLAZAS LIBRES!

-Oh... Eh... ¡FELICIDADES MI AMOR! - intenté fingir mi entusiasmo sin que se notase mucho la falsedad.

-Si, bueno, habrá que ir haciendo la maleta Carlos - dijo saltando

-Espera... ¿Como que habrá que ir haciendo la maleta? - dije dudoso

-Hombre claro tu te vienes, aquí voy a dejar a este bombón para que me lo roben, no y no - dijo guiñándome un ojo

-Pero que dices Dylan...

-¿No acabo de decirte que aun tienen cinco becas mas? Pues ya está, vente conmigo. - dijo con cara de rogar

Me quedé en silencio... Irme a otro país, dejando atrás a mis amigos, hermana... No se... Supongo que acabaré yendo, no quiero dejarle ir. Pero joder todo tan de repente...

Al cabo de cinco minutos se lo confirmé e hicimos la maleta juntos, me empezó a hacer cosquillas, le abracé, y caímos los dos en la cama, él estaba encima de mí, me empezó a acariciar el pelo, mientras nuestros ojos se miraban, le besé, y le dije te quiero. Nos levantamos y continuamos haciendo la maleta. Oímos la puerta abrir y cerrarse, Ricky había llegado a casa.

Después de explicárselo, le rogamos que viniese, que allí seguro que encuentra trabajo de medico, nos costó lo nuestro convencerle pero al final cedió. Nos fuimos a sacar los billetes, y después nos fuimos a comer por ahí... El día pasó volando, aun que seguía faltándome algo, pero se fue para no volver. ¡POR CIERTO! Se me olvidó comentar que me tatué en el pecho una frase. Feelin alive.

Llegamos a casa y nos fuimos pronto a dormir, mañana sería un día duro.

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