❛❛ 𝑀𝑦 𝐻𝑒𝑟𝑜 ❞ ׀׀ ╰⌲ yoonмιn

𝐹 𝐼 𝑁 𝐴 𝐿

𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪𝓭𝓸𝓻 𝓸𝓶𝓷𝓲𝓼𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮

Jimin y YoonGi caminaban serenos y tomados de la mano a través de uno de los bosques turísticos de Japón.

Los árboles de tonos rosáceos hacían de aquel momento algo inolvidable por su belleza, además del maravilloso atardecer que presenciaban, tan único.

Un sentimiento de plenitud estaba presente en los corazones de ambos.

Felicidad más que cualquier otra cosa.

Pura y en su máxima expresión.

No podrían describir lo que era con precisión, pues para cada persona es diferente, pero estaban seguros que aquello, esa emoción, ese sentimiento tan hermoso se manifiestaba y lo encontraban en los brazos del otro, lo sentían arrasando su ser cada vez que alguno de los dos sonreía, lo abrazaba o simplemente lo miraba o besaba.

Fueron bendecidos para experimentar esa sensación, porque eran conscientes de que no todas las personas lo podían disfrutar como ellos lo hacían.

El universo planeó algo tan maravilloso como aquello para ellos dos, para que lo descubrieran y apreciaran juntos.

Amor.

Uno verdadero, incondicional, eterno y etéreo.

✨

Antes, YoonGi consideraba el matrimonio como algo superficial y conveniente para algunas personas en cuanto a temas de dinero.
Lo veía simplemente como una forma de beneficio para alguno de los dos que se comprometían.

Sin embargo, en una tienda de joyería mirando unos anillos que capturaron su atención, no pudo evitar que su mente se imaginara a sí mismo y su pareja compartiendo uno mientras se veían y sonreían con dulzura.

Su mano derecha sostenía con delicadeza y amor puro la de su pareja, pensando que entre todo el mundo, las suyas fueron hechas para estar entrelazadas toda la eternidad; mientras que la izquierda estaba dentro de la bolsa de su saco color gris, tanteando con su dedo índice la pequeña cajita negra que también estaba escondida en aquel espacio.

Suspiró con pesadez y nerviosismo al mismo tiempo que paraba en seco su caminata, haciendo que Jimin se detuviera también.

—¿Ocurre algo?

—Sí, ocurre algo. —Responde intranquilo.

Park le mira atento, con un atisbo de preocupación en su mirada, tratando de mantener la calma.

YoonGi suspira nuevamente, sacando el objeto que mantenía escondido y colocándolo tras de él, manteniéndolo así.

—He estado pensando, Jimin. —Comienza, poniéndose de frente a su pareja y mirándolo atento.

Esos ojos chocolate que tanto adoraba y lo hacían feliz.

—Te amo. Te amo como nunca he amado a alguien en mi vida, amo cada cosa de tí, amo cada cosa que haces o dices. Tú eres mi felicidad, cielo. —Park sonríe enternecido, sintiendo alivio por escasos segundos. — Solo existe... algo que no me gusta de tí. —El entrecejo del menor se frunce en clara confusión.

—¿Qué es? —. Se atreve a preguntar tras unos segundos.

Inesperadamente, YoonGi se arrodilla frente a él, aún sosteniendo una de sus manos.

—Tu apellido. —Responde. —Cambiémoslo. —Fue entonces que finalmente sacó aquella cajita mostrándosela al pelirosa, al igual que su contenido.

Dos anillos de plata, con el nombre de YoonGi en uno y el de Jimin en otro grabado en el interior de la argolla. Con la intención de que portaran en su dedo anular el nombre del contrario.

Conteniendo el llanto, no pudo contestar de una manera adecuada, sus sollozos cargados de emoción y alegría se lo impedían; solo asintió varias veces de manera frenética, incándose junto a YoonGi y rodeándolo con sus bracitos.

Un nuevo ciclo comenzaba en sus vidas, uno que quizás no cambiaría su rutina y espacio, pero que era más significativo de lo que algunos podían imaginar.

Porque el simple hecho de compartir algo con el otro lo hacía especial y eso era todo, porque cuando amas a una persona verdaderamente sólo te importa estar con ella y nada más, porque aquellos anillos escondían un significado, uno de pertenencia, sin ser incómoda ni posesiva.

Simplemente significaba que se pertenecían el uno al otro, que se amaban por el resto de sus vidas y las que seguían.

Porque su amor era tan eterno que perdurará por el resto de los siglos.

Para YoonGi, un pequeño ángel que siempre lo cuidaba, que lo amaba y estaba con él, que iluminaba sus días, que los hacía hermosos, que llenaba su pecho con plenitud y orgullo, porque el simple hecho de decir que Jimin era su pareja lo hacía feliz como en el pasado nunca creyó serlo. Él era su luz e inspiración, mucho más que eso.

Para Jimin, la persona que llegó a rescatarlo del mal que lo atormentaba día tras día, la persona que le enseñó las maravillas de la vida, la persona que le mostró cómo se siente amar y ser amado, como amarse a él mismo, aquella que sin importar qué, le seguía mirando con infinita dulzura y amor.

Min YoonGi.

Su héroe.

🐾

Cortito, lo sé y lo siento.

No quiero y no puedo —porque no tengo más ideas— poner relleno.

Lean los agradecimientos por favor.

Estoy triste:(

Lxs amo muchísimo ❤️