❝━¡Suéltame!❞.
❝━Maldita sea, estoy tratando de ayudarte❞.
╰⌲... Donde Jimin sufre bullying en el colegio y YoonGi es el matón más temido de la escuela que secretamente quedó cautivado por ese lindo rubio desde que cruzó por las puertas del ins...
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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪𝓭𝓸𝓻 𝓸𝓶𝓷𝓲𝓼𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮
Habían pasado ya tres meses desde que YoonGi compartía su día a día con HoSeok.
Tres meses desde que Jimin le visitaba cada fin de semana y en cada una de sus visitas, le llevaba algo nuevo, con la esperanza de que recordara, pero aún no había dado ningún resultado.
Porque, al parecer, Jimin era al único que olvidaba cada cierto tiempo, el único sobre lo que no recordaba lo más mínimo por más que tratara
Era tan jodidamente frustrante, el nombre de NamJoon, HoSeok, SeokJin Jungkook y Taehyung los memorizó sin problema alguno, incluso poco a poco comenzó a recordar acontecimientos como la forma en la que se conocieron, algunas de sus diferencias y pequeñas peleas y varios buenos momentos que le hacían sonreír, porque se sentía querido y acompañado; porque sabía que tenía amigos que lo apoyaban. Sin embargo, todo cambiaba cuando se trataba del pelirosa, porque cuando abandonaba el lugar, su nombre desaparecía de su mente, se esfumaba por completo, al igual que su rostro y, cuando trataba de recordar algo más sobre él, fallaba rotundamente en el intento.
Se maldecía interiormente, con profundo enojo y desesperación. Estaba tan perdido, a pesar de saber que tenía personas que lo apreciaban, no se sentía como su vida, no se sentía como Min YoonGi, era un completo desconocido para sí mismo.
Quería encontrar en ese chico la respuesta, porque algo le decía que él la tenía, pero, joder, no podía recordarlo, no podía grabarlo en su cabeza a pesar de la importancia que tenía, a pesar de sus ganas de querer hacerlo. No podía.
Por otro lado y apegándose a su plan original, Jimin decidió que aquel día sería su última visita.
Si YoonGi le recordaba sería de lo más fantástico, pero si no lo hacía, desaparecería de su vida porque quizá, así lo quería y no quería ni podía admitirlo.
Como último y más importante recurso, tomó las hojas con tachones que le había mostrado aquella vez en su estudio, la primera vez que durmieron juntos. YoonGi le dijo después que esa canción la escribió por y para él, y lloró de felicidad con esa confesión. También cargó consigo el librito secreto que tenía, y que él jamás husmeó ya que respetaba la privacidad del azabache, por más que quería echar un vistazo, YoonGi valía mucho más que su curiosidad. Tomó la carta que le escribió para su cumpleaños y, finalmente, una foto del piano que Jimin le regaló por su graduación con un leve e intencional acercamiento a la pequeña marca que le hicieron tallando la madera.
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Estaba grabado, siendo un detalle único y sumamente especial.
