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CHRISTOPHER

No sé ni que hora era, pero me asusté al ver un cuerpo en mi habitación tan temprano, apenas iba a salir el sol. Lo vi meterse una de mis camisas e inmediatamente cerré los ojos para que creyera que sigo dormido.
Erick levanto las cobijas metiendo sus piernas entre las mías para luego pegarse como un niño pequeño a mi costado.

Normalmente no dejaba que alguien continuara aquí hasta la mañana siguiente, era una regla basica.

Pero Erick es diferente a todo esto.

Cerré los ojos unos segundos, estaba tan cómodo y cálido. Me quedé dormido de nuevo hasta que mi cuello estaba húmedo. Al parecer Erick había tomado una ducha y su cabello no lo había secado.

Meti mis dedos en su cabello húmedo bajando aún con los ojos cerrados a buscar su rostro.

-Oye... creo que ...

Abrí un poco los ojos y fui callado con pequeños besitos.
Si esto iba a ser así podría aceptar hacerlo de nuevo.
Una de sus manos fue a mi cuello acariciando hasta el pecho.

-Tengo hambre. -susurro con una sonrisa.

-¿Que clase de hambre? -levante una ceja.

-De comida, Christopher. -rio bajito moviendo sus piernas contra las mias.

-Primero hay que secar tu cabello... -sonrei aún con los ojos cerrados.

-¿Que tal si me traes la comida aquí? La cocina parece estar muy lejos. -hizo un puchero riendo y dejando sus labios en los míos.

-No. - sonreí levantandome de la cama. - Haré algo rápido y si no te levantas no voy a darte nada.

Lo vi estirarse bajo las cobijas y jadear con sus músculos acomodándose. Se removió de nuevo bajo las cobijas.

-¿Ni siquiera por que me follaste en una cama que no usas? -Me quedé quieto mientras el cerraba los ojos. - No huele a ti y tu ropa esta en la otra habitación...

No podía llevarlo a mi cuarto, se supone que el se iría en la noche y entonces esto no volvería a pasar y mi cama oleria a el y seria una tortura completa.

Hubo un incómodo silencio hasta que suspiro.

-Tengo hambre, Chris... -se levanto de la cama despacio caminando con cuidado y de nuevo podía notar que no traía nada debajo. Solo mi camisa que le llegaba a mitad de sus muslos.

Lo seguí a la cocina mientras lo veía apretar la camisa y dejarme ver entre sus piernas las mordidas que ahora eran color vino.

-¿Tienes cereal?

-Es lo único que tengo.

-Hm.

Lo vi caminar de un lado a otro en busca de las cosas y enojarse cuando encontró los platos tan arriba.

-Estupido, Christopher... -susurro para el estirando su cuerpo pero aún no llegaba. - ¿por qué soy tan enano?

Sonrei caminando a el dejando mi mano en su cintura y alcanzando el plato.

-Quiero dos.

Tome otro dejándolo en la encimera y abranzadondo a Erick para que no se alejara.
Tenerlo cerca de nuevo se sentía tan nuevo y estraño pero a la vez tan bien como algo que me hacía falta.

-Tal vez la próxima vez te lo haga aquí en la cocina. -Solo me ignoro, mordi su cuello antes de dejar de abrazarlo.

Escuche el traqueteo de los platos antes de que pusiera uno frente a mi con cereal y una cuchara.

Purpura 《ChrisErick》 ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora