Purpura 《ChrisErick》 ☆

O💜

CHRISTOPHER

-Come algo, Chris, va ser un largo viaje. -escuche a Zabdiel pero solo ver tanta comida en la mesa no me permitía tener hambre.

-¿Estas seguro? -Erick estaba a un lado mío pasando su mano a la mía para sostenerla. - Puedo buscar algo rico para que comas en el camino.

-No... no, estoy bien. - lo vi pensar un poco antes de soltarme.

-Pedire que se para llevar. -sonrio tan tierno y se fue.

-Respira hondo.-escuche e hice caso.

-Ultimamente no has comido bien. -comento Joel.

-Es solo que no he tenido hambre...

Ellos asintieron.

...

Creo que las cosas se me comenzaban a salir de control. Últimamente gritaba cuando estaba solo hasta que Richard aparecía y si no era el era Zabdiel quien me recostaba en el piso mirando hacia el techo mientras levantamos las piernas.

Pero así como todos los días pasaba esto, todas esas noches Erick aparecía en mi cuarto y cada vez podía notar como mejoraba en todos los aspectos.

Estaba tan confundido cuando por las noches era tan frío conmigo, a la mañana siguiente volvía a ser ese chico del que me había enamorado y el mismo que se había burlado de mis sentimientos tan cruelmente.

-Mas... M-Más fuerte...

Lo tenía deshaciéndose en mis brazos mientras dejaba que los jadeos salieran cada vez más altos.

-Voy a partirte, Erick...

-Si, si... por favor... ah, ah, ah...

El tenerlo a la orilla de la cama me facilitaba el hacerlo más rápido y poder verlo desde arriba.

-Todo urgido por que te follen bien...

-S-Sii...

Y entonces llega la parte donde su cuerpo se dobla, muerde mis labios para gemir sobre ellos con los ojos cerrados.

Solo verlo es suficiente para correrme dentro de el una vez más.

-U-Uno más... -sus manos estiradas como el niño pequeño que es para tenerme cerca de nuevo se enredaron en mi cuello.

-No, ya no puedo... además yo si he notado lo mal que disimulas el dolor.

-Pe-pero quiero hacerlo otra vez... tu también quieres...

-Maldicion... no hagas eso... -susurre.

-¿Ha-hacer que?

Sus caderas se movían mientras sus paredes se apretaban en mi.

-E-Eso... basta...

Su bonita y traviesa sonrisa era la culpable de que esta fuera a ser la quita ronda.

-Creo que tu amigo te traiciona. -dijo burlón cuando sintió mi erección crecer de nuevo.

-Lo comprendo estando dentro de ti. -conteste.

-Estupido... -susurro antes de reírse y besarme.

. . .

Sabia que debía comenzar a detener esto pero ya no podía, el sexo en lugares diferentes se había vuelto mi nuevo fetiche.
Eso o de verdad Erick se veía sexy en cada lugar.

Ahora estábamos besandonos detrás del escenario esperando que comenzara el concierto.
Sentado sobre una bocina me tenia entre sus piernas con una mano acariciando mi
cuello y la otra intentaba detener mis manos de quitarle la camisa.