Capítulo 12: reunidos y ramificados

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Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no me pertenecen.

Todos intentaban permanecer cerca de Kagome. Sabía que estaban preocupados de que algo volviera a suceder, pero necesitaba hablar con Bankotsu. Había tenido suerte hasta el momento que nadie le había preguntado sobre el comentario de Sesshomaru.

-¿Estás cansada, Kagome? Te llevaré si quieres- Inuyasha la sacó de su ensimismamiento.

-No, estoy bien, pero me gustaría que pudiéramos parar y descansar.

Nadie discute. Todos se detuvieron. Estaba a punto de oscurecer de todos modos.

-Iré a buscar leña- Dijo Bankotsu.

-Yo también.- Dijo Kagome, arrastrando rápidamente a Bankotsu al bosque antes de que Inuyasha o Shippou pudieran decir algo.

-¿Qué pasa contigo? ¿Por qué me estás arrastrando así?

-No puedes decirles- imploró la azabache

-¿Decirles qué?

-Sobre lo del mes. Por favor, Bankotsu, no pueden saberlo.

Sabía que ella le pediría esto.
-Creo que deberían saberlo. ¿Qué pasa si algo sale mal y no podemos desear a la perla Shikon que vuelvas?

-No querría que hicieras eso de todos modos. Ese deseo es de Inuyasha.

-Entonces, él deseará que regreses-. Él vio el dolor en su rostro. La tristeza en sus ojos.

-No, no lo hará. Querrá que Kikyo vuelva. Siempre quiso a Kikyo más que a mí.

Bankotsu tenía un enorme nudo en la garganta. No le gustaba verla así. -Eso no es cierto Kagome. Inuyasha te ama. Lo sé.

-Tal vez como amigo. Pero Kikyo es su verdadero amor. Su mujer. ¿Elegirías a tu amigo que conoces desde hace unos años o a la mujer de la que has estado enamorado durante más de cincuenta años?

Bankotsu no supo que responder. No quiso hacerlo. La traería de vuelta ante sus amigos. Pero... ¿Inuyasha realmente solo la quiere como amiga?

Kagome pareció adivinar su respuesta por la expresión de su rostro. -Está bien. Estoy acostumbrada a que él la elija. Y no tengo miedo a morir. Fue agradable estar lejos de la angustia por un tiempo.

-Kagome, si te lastimo de alguna manera, ¿podrías decirme?

-No hiciste nada malo. Y me alegro de que me hayas traído de vuelta. Todos necesitan que encuentre los fragmentos para poder derrotar a Naraku.

Bankotsu le puso la mano en el costado de la cara y se inclinó para besarla, pero ella se liberó de él.

-No debemos comenzar algo que no pudimos terminar-. Ella recogió un poco de madera y lo dejó solo. También agarró un poco y se unió al grupo poco después.

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Sango miró hacia el cielo estrellado. No pudo evitar preocuparse por sus amigos. "¿Podríamos Miroku y yo terminar con Naraku por nuestra cuenta?". Ella no estaba segura. Ella quería creer que podían, pero ¿cómo sabrían dónde encontrarlo sin que Inuyasha captara su aroma? ¿O cómo encontrarían fragmentos sin Kagome para detectarlos? Nada era seguro y eso no le gustó. Nunca había pensado en lo que sucedería si perdía a todos sus amigos. No solo sería devota sino que también tendría que encontrar una manera de derrotar a Naraku.

-¿Realmente tienes que dormir aquí? Cuando vuelva Inuyasha tendremos que dormir afuera más a menudo de lo que quisiéramos. ¿No quieres disfrutar del interior mientras puedas?

El Dolor de una sacerdotizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora