Capítulo 13: El viaje de Sankotsu a la vida

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-¿¡QUÉ SIGNIFICA QUE LA TOMARON!?

-Lo siento, no había nada que pudiera hacer. Su alma desapareció.

-Podemos arreglar esto. Tú arreglarás esto, Sankotsu.

-¿Cómo podría? Ella está entre los vivos ahora. Está fuera de mi territorio.

-Ya no. Irás a la tierra de los vivos y la matarás.

-¡NO! Ella es mi amiga. ¡No puedo hacerle eso!.

-Su alma es muy importante. Está destinada a estar aquí. Tiene que ser entrenada. ¿Quién más tomará tu lugar cuando salgas de aquí y vayas a la tierra de los muertos?

-¿Tiene que haber alguien para tomar mi lugar?

-¡Por supuesto que sí! Y ella es aún más valiosa... Puede ver el futuro en cualquier momento que quiera. Eso es muy valioso para los dioses. Ellos estarán orgullosos de mí por haberla encontrado.

-Parece que incluso en la muerte, aún no volviste con el hombre que una vez amé.

-¡¿Una vez amado?! El amor no existe aquí.

-Lo hace.

-¡Harás lo que te digo!

-¡NO LA MATARÉ DE LA MANERA QUE ME MATASTE!- Esto silenció al hombre parado frente a Sankotsu. Sankotsu lamentó ahora que le había mentido a Kagome. El hombre se acercó. Ella pensó que él podría besarla, pero en lugar de eso la agarró de la barbilla con fuerza y ​​la obligó a mirarlo.

-Lo harás. ¡No pienses que me sentiré culpable por lo que hice! ¡Lo hice por nosotros! ¡Realicé el ritual y ahora míranos...! Somos inmortales. ¡Hacemos lo que queremos cuando queremos! ¡Todo lo que tenemos que hacer! es ayudar a los dioses!

-¡¿No la querrían muerta?! No debería haberle mentido acerca de la existencia de un vínculo. Debería haberle advertido. No necesitaba haber muerto.

-Vé ahora o la haré sufrir. Mátala rápidamente para que no sienta dolor. Si tengo que hacerlo yo mismo, no solo torturaré su cuerpo, sino que también torturaré su alma.

Sankotsu apartó la mano de su barbilla. -Algún día serás castigado por todo esto.

-También podrías estar involucrada en esto. Eres tú quien quiere pasar a la tierra de los muertos. Podrías quedarte aquí conmigo para siempre.

-No, ya no te conozco- Sankotsu se volvió y comenzó a caminar hacia un portal que había aparecido de la nada. Él desapareció en él. El hombre observó el lugar en el que ella había desaparecido durante mucho tiempo antes de alejarse.

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-Kagome... ¿Estás bien? Te vi salir.

-Estoy bien Sango. Solo le decía adiós a Bankotsu.

-¿A dónde se va?

Kagome ya tenía su respuesta lista. -Quiere enfrentar a Naraku solo. Quiere que nos enfoquemos en los fragmentos.

-¿Realmente cree que lo dejaríamos hacer eso?

-Creo que lo hace.

-Espera, ¿vas a dejarlo?.

-No, pero primero necesitamos encontrar los fragmentos perdidos.

-Tienes razón. Inuyasha no va a estar feliz por esto.

-Sí, pero tendrá que superarlo.

-Vamos, vamos a levantar a todos los demás. No debemos perder el tiempo.

El Dolor de una sacerdotizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora