Capítulo XV

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En cuanto terminamos de entrenar salí disparada hacia mi cuarto y me duche corriendo. Llaman a la puerta y yo voy corriendo a abrir. Antes de que le dé tiempo a decirme nada, tiro de Vastra hacia dentro y cierro la puerta.

-Vaya-comenta-, a eso lo llamo yo fogosidad.

Pongo los ojos en blanco y digo:

-Antes de nada, tengo una pregunta: ¿Por qué no nos han grabado ni en los entrenamiento de ayer ni en los de hoy? Son entrenamientos oficiales, ¿no?

-Sí, pero si te fijas en el techo de la planta de Entrenamiento Aer hay como… Una especie de media pelota negra en el techo. Son cámaras fijas. Es más fácil que tener que ponerlas y quitarlas todos los días. Pero tranquila, solo las enciendes durante los horarios programados de entrenamiento.

-¿Estás seguro?-le pregunto.

-Sí, no te preocupes. También hay en la planta de Entrenamiento de Aqua, ya verás porqué.

-Vale-asiento-. ¿Qué has encontrado?

Vastra se saca un papel viejo y doblado varias veces del bolsillo trasero de los pantalones y me lo tiende. Lo cojo insegura y lo despliego. Es un mapa, pero muy extraño, puede que de otro mundo. Lo que supongo que es la tierra está dividido en varias partes grandes y algunas pequeñitas esparcidas de cuando en cuando por lo que supongo que es el océano.

-¿De dónde es este mapa?-le pregunto.

-Ahí abajo lo pone: Mapa del mundo. Y aunque parezca imposible, no cualquiera, nuestro mundo.

-No puede ser…

-Sí, sí que puede. Es más: mira la fecha-añade señalando a una esquena.

-Dos mil catorce…-susurro-. Pero… De eso hace más de mil cien años.

-Exacto. Pero hay más. Fíjate en la forma de los continentes. Encajan. Y si los encajas... ¿Qué forma crees que resultará?

Observo durante un minuto el mapa, intentando encajar mentalmente las piezas de ese extraño rompecabezas.

-¡Pangea!-exclamo-. Si los unes tiene la forma de Pangea. Mi madre tenía razón.

-Fíjate en los nombres de los continentes. Te llamas como este.

Vastra señala un trozo de tierra situado, más o menos, en el centro del mapa. En él está escrito con letras en mayúsculas la palabra: “EUROPA”. Mi madre tenía razón en todo, no me lo puedo creer. Ahora tengo una razón más para volver a casa; para contarle todo esto. Le encantaría saberlo.

-Dios mío…-susurro-. Es increíble.

-Lo sé y en la biblioteca de la Emperatriz hay muchas más cosas como esta. Estoy seguro. Pero yo no sé dónde buscar y ese sitio es enorme. Necesito ayuda.

-¿Qué estás sugiriendo?

-Que vengas conmigo. El domingo, o sea, dentro de cuatro días, tenéis el día libre. Incluso podéis salir a ver la ciudad si os acompaña alguien. Puedo colarte en el palacio de la Emperatriz.

 A Vastra se le ha ido la cabeza definitivamente. Y de forma irreversible, me temo.

-Eso es una locura-declaro.

-Sí-admite-, pero tendríamos pruebas. Es más, puede que entre esos libros se esconda la manera de encontrar a los Historiadores. No me digas que no te gustaría conocerlos, no me digas que no te gustaría que te contaran toda la verdad.

Lo cierto es que me encantaría, pero es tan peligroso que no sé lo que hacer. Sin embargo, nunca he sido una cobarde, nunca me ha frenado el miedo ni el peligro. Puede que está pecando de insensata pero…

Solo corre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora