¿Alguna vez has mirado a alguien a los ojos y pensado "sí, es el amor de mi vida"? Alguien que te hace sentir que nada malo puede pasarte mientras lo tengas cerca, que el solo hecho de saber que existe alegra tu día, que quieres aprovechar cada minuto a su lado, grabar en tu memoria cada uno de sus gestos, hacer que sonría porque sabes que no existe cosa más maravillosa en el mundo...
Alguien que te hace tener un amor tan inmenso que ni siquiera sabías que eras capaz de sentir, que te hace querer gritar de la desesperación por estar ahogándote en tantas emociones, que te hace creer que el destino existe y es el motivo por el que se conocen y tienes suerte que esté en tu vida.
Alguien que desde que está presente, ya no puedes imaginar como sería tu vida si no estuviera o incluso recordar como era la vida antes de que aparezca. Alguien que tiene la esencia más bonita que has conocido, que te atrapa y te enreda sin siquiera intentarlo, haciéndote desear quedarte a su lado para siempre.
Alguien que amas tanto, pero tanto, que crees que tus huesos podrían explotar y quedar hechos polvo porque no te entra tanto amor en el cuerpo y no sabes como manejarlo, te enloquece, te desquicia, pero sabes que no lo cambiarías ni por toda la fortuna del universo.
El alguien de Xu Minghao era Wen Junhui. El menor sabía lo exagerado que podía sonar, lo intenso y fuerte que era aquel sentimiento como para pertenecerle a alguien que solamente había visto de lejos el último tiempo y no hace mucho había comenzado a entablar una relación, la cual ni siquiera era muy cercana. Pero no podía evitarlo.
Sus ojos se volvían corazones desde el segundo en que veía al castaño aproximarse a su lugar de trabajo, y cuando lo veía marcharse no hacía más que desear que las horas transcurran con velocidad para estar frente a él nuevamente y apreciar su brillante intelecto en todo su esplendor.
Ciertamente, tenía sus momentos de realidad en los que pensaba en la existente posibilidad de que sea un amor unilateral, pero era la menor de sus preocupaciones. Él amaba a Junhui con cada célula de su cuerpo y el hecho de que estuvieran o no juntos no era un requisito excluyente. Sabía que lo amaría incluso aunque su destino esté equivocado y él no sea el indicado, pero Minghao confiaba en lo que sentía y sabía que no había margen de error.
Era Wen Junhui, no había nadie más.
No tenía miedo de hacerle frente a lo que sentía. Conforme pasaban los días y más tiempo compartía con el mayor, caía más por él, si es que eso era posible. Minghao nunca fue del tipo que se reprime a sí mismo, él siente con toda la intensidad que sus emociones le dicten, sin considerar la posibilidad de ser lastimado. Sus malas experiencias del pasado no serían un impedimento para alcanzar su oportunidad de ser feliz.
Jun era esa oportunidad, él está seguro. Ha conocido a tantas personas en su corta vida, pero sabe que ninguna le hizo sentir lo que ese joven profesor con solo pensar en él. Quería confesarse, claro que lo quería, desahogar todo ese amor contenido de una vez por todas, pero no quería espantarlo. No podía arriesgarse a perder a Jun por su intensidad. Debía llevar las cosas con calma.
Después de todo, el mayor ya le había demostrado ser una persona bastante discreta y cauta. Siempre le preguntaba a Minghao para saber de él, pero cuando se daba el caso inverso, debía hacer esfuerzos extremos para conseguir respuestas. Pero aún así, había logrado reunir pequeños detalles sobre su persona que solo lograban enamorarlo más.
Por ejemplo el hecho de que cuando no podía dormir, leía "El Principito" para poder relajarse y conciliar el sueño. Que de vez en cuando disfruta tomar una taza de café con crema. Que los días de lluvia disfruta estar encerrado leyendo así que suspende sus clases apropósito para poder darse ese gusto. Que es una persona más de clima frío que cálido. Y que antes de ser profesor, su sueño era ser bailarín, pero una lesión en la rodilla mientras trabajaba le había costado mucho de la perfección de su técnica.
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Lover «JunHao»
FanfictionMinghao supo en cuanto vió a Junhui aquella mañana que era la persona con quien querría pasar el resto de su vida. Todo lo que Junhui sabía era que no estaba dispuesto a sufrir nuevamente, así que por mucho que le gustara el chico de bonita sonrisa...