Todo sucedió demasiado rápido.
Estaba en la pista de baile, intentando calmar a Z y detenerlo de cruzar la marea de gente que los rodeaba para buscar a Lou y Shawn. La música estridente y las luces de colores llenando el ambiente cuando una espantosa sensación se instaló en su estómago. Era una especie de vacío, pero quemaba. Llegó de repente, como un puñetazo y quitándole el aire de los pulmones.
Todo a su alrededor se desdibujó momentáneamente. Z, la gente, la música, los olores...
Lo único en lo que pudo enfocarse fue en aquel ardor angustiante. Lo asfixiaba, su aliento comenzando a hacerse trabajoso.
Se tomó unos segundos para respirar y tranquilizarse, ordenar sus ideas y buscar a su novio, pero todo el esfuerzo se esfumó al ver a Shawn abrirse paso a empujones. Se veía espantado, blanco, incluso más que de costumbre; los ojos cafés aterrorizados.
Omega... rugió su lobo.
_ ¿¡Dónde está!?- preguntó ni bien llegó hasta Shawn, tomándolo de los hombros y sacudiendo levemente sin ser consciente de ello.
_ Baño... Martin...- a penas tartamudeó con la respiración agitada, señalando el camino.
Gruñó alto, ante la mención del profesor. Su piel picando, violenta ante el terror ajeno recorriendo su cuerpo. Sus pies casi volando hasta los sanitarios, sin reparo en los cuerpos que apartaba con severidad. Destruiría a cualquiera que se pusiera en su camino, a cualquiera que quisiera impedirle llegar a su tierno conejito. Su lobo estaba preparado para neutralizar la amenaza que tenía a Louis en pánico.
Corrió hacia él lo más rápido que pudo, encontrándose el más horroroso cuadro. Lo vio todo rojo.
Lou de cara y anclado al suelo sucio con el alfa sobre él, los colmillos enemigos color bermellón, brillando a la pobre luz, goteando espesamente. La sangre cubriendo la parte superior de su omega que tenía el rostro contraído en dolor.
El sonido de su llanto desgarrándole el pecho.
Verde y azul se encontraron. El pavor que vio en aquel turboso océano desató la locura. Desde ahí, solo flashes de imágenes fueron registradas en su memoria. Como un película de cinta, dañada.
Un parpadeo y la sangre corriendo por la nívea y tersa piel de su conejito rompió todo control sobre su alfa. La parte animal ganó el poder de su cuerpo, empujando la razón a un lado. Lejos, muy lejos de su alcance. Otro parpadeo y el rostro del maestro a escasos centímetros del suyo, horrorizado, cada vez más y más deteriorado. Distinguió la sangre espesa y agria en su boca, el cuerpo blando debajo de él.
Gritos inundaron la habitación. Manos, maldiciones y demasiados olores como para volverlo loco. Su alfa, gruñía, vesánico. Despiadado.
Otro parpadeo y las sucias baldosas negras del baño empañadas por su propia respiración cubrió toda su visión. Su mejilla aplastada contra la dura y fría superficie, su espalda pesada; manos fuertes sosteniéndolo en su lugar.
Su omega.. ¿Dónde...?
_ ¿Harry...?- La voz estrangulada de Zayn le llegó algo lejos. Pero fue suficiente como para atraer algo de cordura.
Zayn era bueno, Zayn era amigo; familia.
No podía verlo, pero sí distinguir el nerviosismo en su habla. Louis, él tendría que saber... Zayn amaba a Louis...
¿Qué le pasó a su omega?
_ Harry necesito que regreses. Por favor, vamos.
Un gruñido fue todo lo que salió de él, su lobo aún en la superficie, arañando por salir y lastimar. Proteger.
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Race to your heart
FanfictionSe suponía que había acabado con esto, se suponía que había tomado las riendas de su vida. No más carreras ni apuestas ilegales, ese era el punto de haber huido de su padre. Entonces... ¿¡Qué hacía escapando de la policía en el auto del alfa Harry...