Capítulo 6

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Dedicado a: Tommo_27 por dejar la primer estrellita a esta historia ♥

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Harry despertó con una sonrisa adormecida al sentir el aroma de su omega entre las sábanas; los rayos de sol acariciando su mejilla. Lo estrechó suavemente y se permitió embeberse en su olor antes de abrir los ojos perezosamente.

Dios, Louis era toda una visión.

Su piel pálida y suave brillaba bajo la luz de la mañana, sus arqueadas y pobladas pestañas bailaban por el sueño en el que el chico estaba sumergido. Besó tiernamente su nariz de botón y se quedó hipnotizado por sus labios rojizos.

Lo que daría por poder besarlo una vez más.

Miró la hora en el reloj de la mesa de luz y dejó escapar un gemido de molestia al darse cuenta que tendrían que levantarse pronto. Quería quedarse en esa posición por los siglos de los siglos. Quería ser capaz de acariciar sus pómulos altos sin remordimiento y besarlo cuantas veces quisiera.

Suspiró.

No iba a molestarse, no cuando acababa de despertar de aquella forma tan dulce. No cuando lo tenía en sus brazos, sano y salvo.

Había tenido tanto miedo al sentir su llamado de pánico. Estaba dando vueltas por el departamento, frustrado por el enojo de Lou (no realmente por los rumores, le gustaba que la gente supiera que Louis era suyo), cuando el gimoteo del pequeño omega había llegado a él. Según el ojiazul, se encontraba a dos calles de distancia cuando fue emboscado; el alfa de Harry había sabido qué hacer incluso antes de que él se diera cuenta del significado de tal sonido.

El instinto había actuado antes que la razón, tirando de él hacia su precioso tesoro.

"Omega, peligro, proteger"

Había movido su cuerpo hacia la voz del castaño, descalzo y con solo las llaves encima (que atinó a agarrar para salir del piso). Nunca, ni siquiera tras la muerte de su padre, había sentido tanto miedo. La sensación de horror había trepado por su espina dorsal y había llegado hasta su pecho en un segundo. Los temblores de su cuerpo deteniéndose únicamente al tener a su conejito entre sus brazos otra vez.

Iba a destrozar a Adam en cuanto lo tuviera enfrente. A su hermano y a los sucios betas que quisieron ponerle las manos encima a su omega.

Un gemido adormecido salió de la boca de Lou.

_ Buenos días, conejito.- Susurró casi hipnotizado por la belleza del pequeño frente a él. Sus párpados se batieron develando el par de océanos que tanto amaba. Una pequeña y tierna sonrisa apareció en el rostro del muchacho adormilado y poco a poco sus mejillas se fueron tiñendo de rosa, causándole cosquillas en el estómago.

Quería despertar así todos los días.

Envuelto en una nube de paz.

_ Buenos días, Hazz.- Su voz sonó como miel en los oídos del rizado. El menudo cuerpo desperezándose y retorciéndose entre las sábanas.

_ ¿Cómo te sientes?- Louis se giró levemente para quedar mirando al techo; un suave suspiró abandonando sus labios.

_ Bien. No tengo muchas ganas de salir del departamento, no voy a mentirte.- Volvió sus ojos al mayor.- Pero estoy mejor, gracias por quedarte conmigo.- Harry sonrió y apartó con delicadeza un mechón de cabello del rostro del omega.

_ No tienes nada que agradecer. Yo también me asusté.- Lo último acaparó la atención del menor.- Te escuché y no podía llegar a ti lo suficientemente rápido.

Race to your heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora