“La Sirenita”, una película de Disney que es la preferida de muchas muchachas y donde sale un cangrejo con nombre de mayordomo cantando bajo el mar y una gaviota peinándose con un tenedor.
La versión de Disney todo el mundo la conoce, Ariel (como el detergente) es una princesa sirena que sueña con tener piernas y vivir en el mundo de los hombres. Una noche loca, el príncipe terrestre Eric se cae del barco donde estaba de parranda y Ariel le salva de morir ahogado y, tras 60 minutos de canciones y aventuras sin igual, ganan a la bruja y viven felices comiendo perdices.
La versión original, escrita por Hans Christian Andersen, termina de una forma bastante distinta. En el libro, el príncipe se casa con una princesa de un reino vecino, rompiendo el corazón de la sirenita. Después de que el príncipe le haga la cobra, la sirenita es persuadida por sus hermanas sirenas para asesinar al príncipe mientras duerme usando un cuchillo mágico, con el que recuperará su condición de sirena y podrá vivir una vida larga y plena siempre que la sangre del príncipe caiga sobre sus pies, pero la sirenita es incapaz de matar al príncipe mientras duerme con su esposa, ya que aún sigue enamorada de él y, en vez de eso, prefiere morir arrojándose al mar, convirtiéndose en espuma y finalmente en un espíritu del aire.
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