𝕄𝕖 ℍ𝕒𝕔𝕖 𝕥𝕒𝕟𝕥𝕠 𝔹𝕚𝕖𝕟.

43 3 0
                                    

A veces te digo no,

Porque no quiero dejarme a ti,

las ruinas del corazón.

Tu voz en un susurro entrecortado, llegó a mi corazón como una puñalada, llevándose el aire de mis pulmones y dejándome mas vacio que nunca. Tengo que admitir que jamás te había visto tan dolido, tan perdido y me condené a mi mismo por ser la causa de tu sufrimiento.

Mas de una vez dudé sobre hacer esto. Mas de una vez estuve tentado a dejarte ir, alejarme de ti, olvidarme de la posibilidad de obtener tu perdón y permitirte ser feliz sin complicaciones, bebiendo por ti las amarguras de nuestra historia y ser el único envenando de los dos.

Siento que estamos sumergidos en una tragedia romántica y que si seguimos así, los dos moriremos. Pero esto no es Romeo y Julieta, y yo no hablo de una muerte física ni de una ficticia sino de una muerte del alma, del espíritu, del corazón. Una muerte tan real como el aire que respiramos.

Y uno de los dos debe tener conciencia. Uno de los dos debe alejarse poniendo el punto final a nuestra historia por el bien de ambos. Y de repente, presiento que ese alguien debo ser yo. Después de todo, fui yo quien le dio comienzo a todo esto, ¿no?

Tengo miedo de perder y

Advierto que la razón

se puede quebrar de amor

Y desbordar los sentimientos

que tanto tiempo tuve adentro.

Retrocedo un paso con la pierna izquierda e intento voltear alejándome lo mas pronto y lejos posible de ese Templo. Quiero voltear. Quiero irme, pero una fuerza invisible me empuja en dirección contraria.

Y en vez de seguir retrocediendo para ganar distancia uno del otro, sin pensarlo dos veces, sin saber cómo, ni cuando ni porqué, me acerco a ti. Con paso firme y decidido como si todo mi interior no estuviese temblando de pánico, de terror.

Pero sigo avanzando. Aunque con cada paso el aire se haga mas espeso y la visión mas borrosa. Aunque mi garganta se seque a punto de arder y aunque mi corazón bombee tan rápido que amenace con salirse del pecho y huir. Huir tan lejos y tan pronto como sea posible de allí, asi como yo quiero hacer pero que no hago.

Me acerco y me detengo a cinco centímetros de ti y trato de mirar a través de tus pupilas leyendo en ellas lo que no puedes decirme con palabras. Y me pierdo en el azul de tus ojos. De repente me siento tan pequeño como un río joven, recien nacido que trata de abrirse paso entre las deformaciones del suelo, sintiéndose todopoderoso, impetuoso y incontenible hasta que desemboca en el mar.

Dándose cuenta, por mera fuerza de la propia madre naturaleza y aun en contra de su voluntad, aun dentro de su inconformidad que no era nada en comparación con el Mar. Y que su único destino era ser una pequeña parte del todo. Del autentico soberano de aguas saladas.

Si te gano pierdo igual,

Si pierdo es porque me entrego,

es algo tan natural.

Hago una mueca ante la comparación que se abre paso por mi mente y me acerco un poco mas a ti, dejando escasos dos centímetros entre nuestros labios. Acaricio mi labio superior con mi lengua, tratando de desplazar la sequía que siento ignorando que realmente quiero deshacerme de la ansiedad que me provoca tu cercanía.

Tal vez no sea ansiedad. Tal vez sean ansías. Le doy vuelta a la palabra en mi mente y comprendo que he dado en el clavo. Tengo ansías. Ansías de ti. Deseo tanto desembocar en tu mar, beber de tus labios, embriagarme de tu perfume que en el camino me he perdido a mi mismo desaforadamente y, ¿Sabés qué? Por primera vez en mi vida, no me importa quién soy, ni mucho menos quién no soy. Solo me importas tu, y el aqui y el ahora.

༄ℂ𝕒𝕟𝕔𝕚𝕠𝕟𝕖𝕣𝕠⁰²๛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora