Capitulo 3: "El juego empezó..."

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-Mira quién está aquí. El horrible duende fastidioso- comenté cuando volví a mi hogar y me lo encontré.
-Pareces una bruja... Espera, casi me olvidaba que lo eres- respondió Matt con la misma moneda.
-¿Sabes? Me he dado cuenta que sin mamá no eres nadie. Sólo gritas y chillas como un bebé, eres una gallina. Me das pena-
-¡Mentira! ¡Esos son inventos tuyos!- dijo exaltado.
-¿Ah, si? Entonces demuéstramelo... ¿Crees ser lo suficientemente valiente para encontrarte conmigo a la medianoche en el bosque del pueblo?- pregunté tratando de que cayera en la trampa.
-¿El que es frío y tenebroso?- replicó mientras tragaba saliva.
-Si, ese mismo-
Él asintió. La primera parte del plan estaba resuelta, del resto se encargaría Lisa y sus amigos.
El crepúsculo dominaba cuando nos encaminamos a la vegetación con Matt. Mi madre se había creído el cuento de que íbamos a pasear, fue pan comido.
Una vez allí, ya había anochecido y la luna llena predominaba entre todas las estrellas relucientes que yacían expuestas en el cielo. Los árboles chillaban un agudo ruido cada vez que el viento traspasaba por sus hojas y, la oscura niebla, impedía la visión a larga distancia, ¿Qué mejor entorno para asustarse?
-Te contaré una historia...- dije mientras encendía una fogata- Una que ha pasado en este bosque hace no mucho tiempo... Se trataba de un espíritu de aspecto horrendo y deformado, una lleno de venganza y dolor que buscaba saciar su vacío...- aclaré cuando la tenue luz de las brasas alumbraba nuestros rostros.
-¿Buscas asustarme?- preguntó atento a todos los ruidos que el ambiente expresaba.
-Dicen que si te encuentras en su territorio, tendrás un fatal destino al cual llegarás lentamente... - proseguí-Pero a él le gusta jugar un juego- a penas terminé la frase, la luz que esas llamas extendían se apagó en un abrir y cerrar de ojos.
¿Esto estaba planeado por Lisa? No tenía idea. Estaba asustada, no podía ver nada ¿Dónde se encontraba Matt? Había desaparecido con el calor de la fogata. Corrí a una zona aleatoria cercana para tratar de visualizarlo, pero lo único que conseguí fue escuchar ese silbido, ese del cual la leyenda advertía. Se oía tan fuerte que parecía romper mis tímpanos, eso significaba que estaba lejos, una buena señal... Sin embargo, no quería creer que aquello era verdad.
-Lis, deja de bromear... Matt ha desaparecido... La misión se abortó- grité a la nada esperando que toda esa pesadilla se acabase.
Una oscuridad y soledad inminente se abalanzaron hacia mí... Ahora me hallaba perdida a causa de la pobre visión que poseía. Me invadieron varios sentimientos, pero los más predominantes eran la desesperación y el pánico ante no poder utilizar correctamente mis cinco sentidos.
-¡Deja de bromear Lisa! ¡Esto se está pasando de nuestras manos!- exclamé de nuevo.
Nadie contestó y el silbido que escuchaba había disminuido.
Traté de correr hacia algún lugar, sin embargo, cada vez que lo hacía el sonido iba haciéndose cada vez más tenue.
-Ayúdame Dios... ¿Qué es esto?- me dije ante la sumisa oscuridad que se me presentaba.
Mi corazón latió muy rápido cuando no pude oír absolutamente nada, mis piernas empezaron a temblar y un escalofrío invadió mi cuerpo. Cerré mis ojos y empecé a llorar deseando que esa noche no hubiese existido.
-¡Alguien que me ayude!- grité en medio de desesperación y adrenalina.
Pude oír otra respiración detrás mío... Una exagerada y deforme. ¿Quién estaba allí?
Mis ojos se abrieron como platos cuando pude sentir que unos dedos largos y huesudos tiraban de mi cabello buscando que me diera la vuelta. Pero, a pesar de que la intriga y pánico se abalanzaron sobre mí, me negué a poder divisar a aquella criatura que yacía detrás mío.
-¿Dónde esta Matt?- pregunté con los ojos cerrados y sollozando.
La respiración de aquel ente aumentó.
Tomé coraje de algún lugar de mi alma. Pensé que ya estaba muerta, que quería ver el rostro de esa criatura extraña con forma humana que parecía molesta. Me di la vuelta bruscamente sin abrir mis ojos y grité una última vez.
-¿¡Dónde está Matt!?-
Sin embargo, lo único que conseguí al abrir mis párpados fue divisar a el ente más horroroso jamás visto; uno tan deforme como nunca se había observado, ¿Qué era aquello? Unas gotas de sudor frío se deslizaron sobre mi rostro mezclándose con las lágrimas, parecía una cadáver degollado que me causaba náuseas y me asqueaba lo suficiente para quedarme petrificada ante su presencia inhumana.
Pero... Antes de pensarlo dos veces, caí sin fuerzas en el mullido pasto al ver a esa criatura...

La luna sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora