Los chicos de Ateez se encontraban en la sala de baile, cada uno en diferentes espacios del lugar mientras descansaban después de una ardua práctica.
El único de pie frente al gran espejo era San, quien se movía al compás de la canción que sonaba en toda la sala. Su cabello negro se encontraba pegado en su rostro haciendo casi imposible el poder ver sus ojos, llevaba una camiseta negra sin mangas por lo cual facilmente se podía apreciar sus musculosos brazos y sus venas marcándose con cada movimiento.
Y Wooyoung apoyado en la pared, observaba cómo su sexy novio se movía al compás de la música algo anonadado mientras se le hacía agua la boca.
Quiero morir ahorcado entre esos brazos. Pensaba mientras lo veía todo concentrado en la coreografía.
Su agradable vista fue interrumpida gracias a que su queridisimo hyung Seonghwa había tomado su mentón entre sus manos y había volteado su rostro para que lo mirase. Wooyoung ni se inmutó, tampoco le interesó la cercanía entre sus rostros, seguro su hyung tenía algo tonto que decirle.
— ¡Wooyoung! Ya terminé el anime que me recomendaste. Tu que opinas de la parte en la que... — por un demonio, lo que faltaba. Su hyung lo había sacado de su mundo de fantasía para hablarle como normalmente hacían de animes. Ahora se arrepentía un poco de haber hecho otaku a su hyung.
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Mientras tanto, al otro lado de la sala se encontraba un San tirado recientemente en el piso con la respiración algo agitada por su baile. Se reincorporó sentandose y vió a través del espejo al resto de sus compañeros mientras bebía agua.
En el sofá negro detrás suya, se encontraban Hongjoong, Mingi y Jongho en ese orden mientras que el pelirrojo acariciaba con cariño los cabellos de sus novios, quienes estaban abrazados a su torso mientras ambos tenían sus manitas entrelazas y movían su cabeza como pequeños gatitos en busca de mas mimos.
San sonrió ante esta imagen y volteó su vista nuevamente, encontrándose esta vez con Yunho y Yeosang jugando a las cartas algo que probablemente terminase mal ya que a ninguno de los dos les gustaba perder.
Iba a prestarle atención a su botella de agua cuando vió a dos cuerpos sumamente pegados para su gusto mientras charlaban en una esquina de la sala de prácticas. San frunció el ceño mientras veía el brazo de Seonghwa sobre los hombros de Wooyoung mientras sostenía la mano de este, entrelazando sus dedos.
Eso fue suficiente como para que algo explotara dentro de San. Así que sin pensarlo, se levantó de su lugar y caminó hasta donde se encontraban Yunho y Yeosang, picando el hombro de este último varias veces.
— ¡Oye, Yeosang! Tu perra está demasiado pegada a la mía, dile que se quite o lo quitaré yo como si fuese una garrapata. — Espetó molesto. Yeosang miró hacia la dirección que San apuntaba y tiró su última carta en el suelo antes de levantarse.
— ¡Uno! — gritó el castaño mientras tiraba un +4 en la pila de cartas, haciendo que Yunho se quejara y tirara las que tenía en sus manos, cruzando luego sus brazos y haciendo un puchero mientras comenzaba con su berrinche.
Yeosang no le prestó atención y caminó molesto hasta donde estaba su novio y lo tomó por la oreja, haciendo que este se separara de Wooyoung.
— ¡Oye, idiota! ¿acaso no habíamos hablado antes? ¿¡qué te repetí antes de entrar en la sala!? — Medio gritó dramático Yeosang mientras tiraba nuevamente de la oreja de Seonghwa haciendo que este se quejara otra vez.
— Que no me acercara mucho a Wooyoung porque sino San se pone pesado e interrumpe en tu espacio de belleza. — Murmuró un cabizbajo Seonghwa mientras que Yeosang asentía secamente y lo tomaba del brazo para llevarlo a otro lado
¡Ahora por eso te quedas en abstinencia! ¡olvídate del sexo de esta noche! Escuchó por ultima vez Wooyoung antes de girar su rostro encontrándose con un San de brazos cruzados y molesto.
Wooyoung ante la mirada de San, elevó sus manos. — ¡Yo no fui, lo juro! Él se acercó. — Intentó convencerlo pero fracasó en el intento.
— Esta noche serán ochenta nalgadas para tí Wooyoung, si te quejas o emites algún ruido durante, se agregarán veinte más y no podrás follarme hasta que yo lo haya hecho contigo — Sentenció finalmente San en un murmuro sólo para que ellos dos escucharan y finalmente salió de la sala.
