Liga de la Justicia. [superbat]

Epílogo.

《Familia.》
...

[Gotham; Mansión Wayne. 8:00pm]

Es el séptimo cumpleaños de Dick y como es costumbre, una enorme fiesta se desenvuelve en el jardín trasero de la reconstruida mansión Wayne.

Bruce Wayne a invitado a todos los conocidos y amigos cercanos. Todos y cada uno apareciendo con un enorme regalo y mucho amor para el pequeño hijo de Bruce y Clark.

Desde Steppenwolf, varias cosas habían cambiado y avanzado, sobre todo entre aquellos dos superheroes. Como prometió, Clark se esforzó por conquistar a Bruce, demostrando cuanto lo amaba cada que podía. Y bueno, Bruce no dejó que fuera sencillo al comienzo, pero eso sólo había durado unos meses antes de aceptar al kriptoniano por completo en su vida.

Ahora, con las bases de su relación establecidas, ambos eran la pareja del momento entre sus amigos más cercanos.

Algunos, al comienzo, se sorprendieron, pero todo siempre marchaba bien para aquellos dos.

Diana era quien más lo sospechaba, Barry casi se desmaya de la sorpresa y Arthur sólo pudo resoplar una maldición antes de reír con todos sus pulmones. El resto de los superheroes que poco a poco iban agregando a la Liga de la Justicia (como se hacían llamar), simplemente lo descubrían sin hacer tanto escándalo. Menos Hal Jordan, él era ruidoso por todo.

—Todos acerquense para cantar el feliz cumpleaños al joven Richard. —anuncia Alfred, llamando la atención de todos.

Poco a poco, todos se reúnen al rededor de la enorme mesa de madera llena de regalos y dulces y el pastel. Dick, como el cumpleañero, esta sentado frente al postre. Clark, a su lado, enciende las velas. Bruce, del otro lado, observa la mirada iluminada de su hijo.

Todos reunidos comienzan a cantar, siguiendo a Alfred. El Jefe Gordon se enreda un poco y su hija Barbara se ríe. Canario Negro, junto a Diana, cantan a coro y a la perfección; demasiado para ser sólo un canto de cumpleaños. Arthur y Victor son molestados por Barry, quien en medio de los dos, pasa los brazos por sus hombros y les mueve e incita a cantar. Marta esta junto a Alfred, Lois toma fotos y todo es perfecto.

Cuando la canción acaba, el pequeño sobrino de Barry se apoya sobre la mesa y grita con emoción: —¡Apaga las velas, Dick! No olvides pedir un deseo.

Con una enorme sonrisa que Clark cree que saco de Bruce, su pequeño hijo sopla cada una de las velas. Su deseo es un secreto, pero es adorable y hermoso.

—Feliz cumpleaños, hijo. —dicen Clark y Bruce al unísono, agachándose para besar cada lado de las mejillas de Richard. Lois toma la foto perfecta y hay aplausos por el pequeño niño azabache.

Alfred, junto a Marta y Barbara que se ofreció, se disponen a cortar el pastel y repartirlo. Dispersándose un poco, todos vuelven a sus charlas mientras esperan su pedazo de dulce.

Dick, sin poder esperar, sale corriendo detrás de Wally, el sobrino de Barry; tres años mayor que Richard. Ambos tuvieron una inmediata conexión, llevándose bien desde el principio aún con sus diferencias de edad.

[...]

Cuando se hace más tarde y la noche se vuelve para adultos cuando salen las botellas de alcohol, Barry lleva a Wally a casa.

Enojado porque su nuevo amigo se había ido, Dick se había alejado para sentarse a comer más pastel en las escaleras de la entrada trasera de la mansión. Clark lo encontró cabeceando con la cara llena de chocolate y crema de fresa.

Bruce, que hablaba con Diana, se percata de la ausencia de Clark, así que gira su mirada para buscarlo. Cuando le ve en las escaleras, se acerca.

—¿Qué pasa? —pregunta detrás del hombre inclinado.