Epilogo del arco de la coneja

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11 de la noche, guarida del Shishigumi.


Un leon masai tocó la puerta de una enorme oficina. Pasaron unos segundos antes de que la persona que estaba dentro le diera permiso para entrar. El leon entró y al otro lado se encontraba un leon de mediana edad ocupado en sus asuntos mientras fumaba un puro.

—Que pasa Ibuki. —Dijo el leon sin dejar de ver unos documentos que estaba leyendo.— Para que me interrumpas debo suponer que se trata de algo importante.

—Por supuesto. Oscar acaba de llegar.

El leon dio un leve carraspeo como seña de que no estaba sorprendido.

—Sabia que había contratado a la persona indicada. Dile que pase.

Ibuki obedeció y salio para darle indicaciones a alguien que estaba en la parte de afuera de la oficina. Unos segundos después, entró un un búho nival de unos veinte años cuyo rostro no parecía  emanar ninguna emoción. Este cargaba un folder en la mano.

El leon le hizo al buho un ademan para que se sentara en la silla que estaba libre enfrente de su escritorio. Este obedeció sin decir nada.

—Hola Oscar. Ya lo tienes todo, ¿Verdad?.

El búho asentio con la cabeza y este le entregó al león el folder que cargaba. El león lo ojeo un poco y quedó bastante satisfecho con el resultado.

 —No esperaba menos de ti Oscar. Supongo que eso seria todo. Te puedes retirar, Ibuki te pagará lo que quedó pendiente.

Oscar se levantó de su silla sin decir nada y se fue.

El leon quedo solo y comenzó a leer la primera pagina de los documentos que venían en la carpeta. 

—Así que tu nombre... es Legoshi.

Fin del arco de la coneja. 

Beastars: Nuevas experienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora