Parte cuatro: La responsabilidad del lobo

923 77 51
                                    


Eran al rededor de las tres de la tarde, era la hora en la que el club de teatro llevaba a cabo sus actividades. 

Sin embargo, ese era un día muy diferente. Todos estaban tensos por los eventos recientes: ayer un peligroso grupo de leones mafiosos amenazaron a la academia Cherrynton. A raíz de esto, la seguridad en la escuela se endureció bastante, con la policía patrullando la escuela y con un nuevo toque de queda impuesto a ciertas horas. 

Ese dia Legoshi no tenia muy buen aspecto. Por mas que sus amigos y su novia le dijeran que esto no era su culpa, el se sentía responsable por todo lo que estaba pasando. 

A las cinco de la tarde que era la hora a la que finalizaban las actividades del club, Louis estaba dando su habitual informe semanal sobre lo que harían la siguiente semana. 

—...Y cuando terminemos el guión podremos comenzar con los ensayos de la siguiente obra. Tomaremos una decisión de quienes la protagonizaran dentro de dos semanas. —hablaba Louis con su habitual todo frio pero cortante.— Eso seria todo. Se pueden ir... con la excepción de Legoshi. Me gustaría hablar contigo en privado en mi camerino. —Dijo esto ultimo volteando a ver al lobo. Todos se levantaron en silencio y comenzaron a recoger sus cosas. Se escucharon algunos murmuros mientras iban saliendo.—

Mientras ambos esperaban estar completamente a solas, Legoshi no lograba hacerse una idea de que era de lo que Louis quería hablar con el. «Probablemente es algo relacionado con la iluminación de la siguiente obra» pensó el lobo. 

Sin embargo, hasta ahora había caído en cuenta de que, desde hace algún tiempo, el ciervo ha estado actuando de forma diferente... para mal. Louis siempre ha sido de carácter fuerte, pero últimamente ha estado mucho mas irritable y propenso a enojarse que de costumbre. En ese momento, el estaba de brazos cruzados mirando fijamente a Legoshi.

—Espérame aquí. —Dijo el ciervo cuando finalmente todos se fueron. Este se encamino hacia su camerino.—

Unos veinte segundos después, Louis le avisó que entrara. En cuanto Legoshi cerro la puerta, el ciervo le encesto un puñetazo en la cara con toda la fuerza que pudo, pero el lobo a penas se movió. 

—¿Pero que...?. —Legoshi titubeo. No porque le doliera, si no porque estaba confundido.—

—Tu sabes perfectamente porque. —Dijo interrumpiéndolo. Aunque el tono de Louis era bajo, este se escuchaba realmente molesto, como si llevara buen rato acumulando todo ese enojo.— Ahora por tu culpa, todos están en peligro. 

Legoshi guardó silencio un momento y bajó la cabeza como un niño que esta siendo reprendido por su padre mientras se sobaba la mejilla en donde Louis lo golpeó. 

—¿Que acaso crees que no voy a hacer nada?. —Habló en voz baja sin ver a Louis.—

—¿Y quieres saber que es lo que mas me molesta?. Que de no ser por tu supuesto heroísmo, nada de esto hubiera pasado. Yo se que los perros siempre andan meneando la cola cuando los hacen sentir útiles, pero pensé que al menos usaban el cerebro.  

El lobo alzó la cabeza sorprendido por la saña con la Louis le dijo eso. «Se que esta enojado pero... ¿Que rayos pasa con el?» pensó Legoshi. 

—¿Heroísmo...? ¿De que estas hablando...?.

El lobo no entendía nada.

—Una de las razones por las que el Shishigumi no causa problemas fuera de su territorio, es porque una vez al año secuestran a un animal para el jefe. Eso lo sabe cualquiera. ¡Pero CLARO!. —Louis alzó la voz.— ¡Al perro no le importa el bien mayor! ¡Eso es lo que pasa cuando tus emociones te dominan!. 

Legoshi estaba anonadado. No podía creer que alguien como Louis dijera eso. Aunado con eso, le estaba comenzando a hervir la sangre cuando calló en cuenta de lo que el ciervo estaba insinuando. 

—Déjame ver si entiendo. Tu... ¿Estas diciendo que debería de haber dejado que secuestraran a Haru?. 

—Si eres de lento aprendizaje te puedo repetir las cosas. Aunque yo mas bien diría que eso es cosa de los caninos que son unos sentimentalistas ridículos.

—...No puedo creer que estés diciendo eso. —Legoshi estaba a punto de saltarle a golpes de lo encolerizado que estaba.— ¿Que no Haru es tu amiga? ¡¿En serio no hubieras hecho absolutamente nada por ella?!

Esto ultimo lo dijo levantando la voz.

—¿Que acaso no lo entiendes maldito perro imbécil? Nuestros sentimientos no son importantes cuando se trata del bien mayor. Haru es... era mi amiga. ¿Y que?. Yo no voy a poner en peligro a la escuela solo por eso.

Legoshi estaba en su limite, lo único que quería hacer en ese momento era golpear al ciervo con todas sus fuerzas. Tenia los puños apretados y estaba enseñando los dientes de lo molesto que estaba.

Este caminó lentamente hacia Louis sin decir nada pero el ciervo no se movió ni un centímetro y, por alguna razón, este puso su mano derecha en su espalda. Cuando estaban cara a cara, el lobo hablo. 

—¿Sabes Louis? No tenia idea de que Haru fuera bisexual. 

El ciervo abrió la boca bastante confundido sin decir nada. «¿Este idiota se volvió loco?» pensó. 

—Si... después de todo, ella se acostaba contigo. Y me acabo de dar cuenta de que tu no tienes bolas. 

Louis se quedo mudo ante este insulto pero apretó  los dientes del coraje y metió mas su mano a la espalda. 

—Guarda esa pistola, no te voy a golpear. —Ordenó Legoshi ante la cara de sorpresa de Louis.— No me voy a quedar de brazos cruzados. Un hombre de verdad se va a encargar de este asunto. 

Beastars: Nuevas experienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora