El Legado

Capítulo 14: Lágrimas y Miedos

Había entrado en la tienda con un temor que no se explicaba cómo había surgido, en ese instante quería salir de ahí, pero la curiosidad de conocer a los digimons de sus padres era mayor, pensaba si serían tan lindos y tiernos como lo era Plotmon. Al entrar lo primero que vio fue a un grupo de Digimons que conversaban cabizbajas, al parecer estaban triste por alguna situación, aún no se habían dado cuenta de su presencia, así que decidió escuchar un poco la conversación de los Digimons para luego saber cómo alegrarlos, después de todo, esa era su habilidad especial, según le decía su mamá.

Veemon: Que mal – Bufó descontento – Yo quería conocer al hijo de Daisuke

Hawkmon: ¿Y por qué no sales y verificas que no este ahí? – Le reprendió

Veemon: Tengo un presentimiento que me dice que no está ahí – Respondió – Además Agumon mencionó que se había encontrado con el hijo de Taichi, lo más probable que los otros sean los hijos de los primeros niños elegidos

Armadillomon: Pero en ese caso, ¿por qué Tailmon y Patamon no fueron con ellos? – Preguntaba mirando a ambos digimons

Patamon: Bueno... Lo que sucede... – No sabía cómo responderle

Tailmon: Nosotros no tenemos necesidad de ir – Respondió secamente

Hawkmon: Pero por qué, ¿acaso no quieren conocer los hijos de sus compañeros?

Tailmon: No es eso – Suspiró recordando lo que Hikari le había dicho en unas de sus visitas en el Digimundo – Hikari no puede tener hijos – Aiko quedó literalmente en Shock – Es una gran pena para nosotros, por eso no queremos estar con los demás, no podríamos con la tristeza que nos invadiría al ver a los demás con los hijos de sus compañeros

Veemon: Ya comprendo, de verdad lo siento mucho por ustedes

Patamon: No te preocupes – Dijo con un tono de tristeza, él también lamentable no poder conocer algún descendiente de Takeru

Aiko quedó totalmente devastada con esa conversación, antes que los digimons se dieran cuenta de su presencia, salió rápidamente de la tienda y se escondió de los demás niños elegidos, pero Plotmon se dio cuenta y la siguió. Al encontrar el sitio perfecto donde no la vieran se puso a llorar amargamente, tenia muchas preguntas en su mente y ninguna respuesta, cómo era posible que su madre no pudiera tener hijos, acaso ella no era su hija, toda su vida ha sido una mentira, el AMOR que tanto le han profesado sus padres acaso no era real. Quería estar en su casa y preguntarle a sus padres por esta situación, pero no podía, la frustración de no saber nada de ella y su familia la estaba matando en su interior, en eso siente algo acurrucarse en su regazo y vio que era Plotmon que la venía a consolar, abrazó fuertemente a su digimon, como si su vida dependiera de ello y lloró, lloró como nunca antes lo había hecho, sentía que nunca sería consolada por ese dolor que había en su interior

Plotmon: Aiko, todo estará bien – Dijo tratando de consolarla

Aiko: ¡Noo!, nada está bien, toda mi vida es una mentira – No se dijeron nada más, Plotmon pensó que era mejor que Aiko descargará todo su llanto antes de preguntar

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Habían llegado al castillo de los Señores Demonios, además de ser absolutamente tenebroso era gigantesca, la neblina y oscuridad rodeaba aquel lugar, un miedo terrible invadía por completo a esos digimons que era la primera vez que se hallaban en ese lugar, pero él niño no parecía inmutarse por el paisaje solo miraba al frente sin tener reacción alguna