Capítulo IV (1)

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El sonido de murmullos bajos se colaba en su mente y cada vez eran más fuertes, de repente el lugar en el que descansaba comenzó a vibrar. Era amenazante, Yeosang entre su sueño estiro más la cabeza y su nariz se llenó de un aroma reciente, a café.

Cuando abrió los ojos no supo donde estaba pero basto respirar una vez más para saber que se encontraba en aquella habitación y cuando sintió el vibrar se dio cuenta que tenía la cabeza metida en el espacio entre hombro y cuello de ese alfa.

Había cambiado de posición y ahora su cabeza reposaba en el hombro izquierdo y el nombrado ya no estaba sentado en la orilla de la cama sino que estaba subido en ella, recargado en la cabecera y el omega estaba sentado entre el espacio de las piernas abiertas del alfa, acurrucado en su pecho, escondido en su cuello.

Faltaron unos segundos para escuchar esta vez claramente la voz que lo desperto de su sueño y al parecer la razón por la que el alfa gruñía.

—No me puedo creer que me estés gruñendo a mi imbécil —se rió roncamente y la reacción del omega al escucharlo solo hizo que temblara y se agarrara a la camisa del alfa.

—No es momento para que vengas y digas tus estupideces aquí, saca tu culo de aquí y ahora iré yo —le dijo casi gruñendole pero el vibrar de su pecho no se calmo.

—Muévete, quiero terminar esta mierda ahora —después azotó la puerta y el silencio regresó.

Yeosang no sabía que hacer despues de eso, el alfa sabía que estaba despierto pero se sentía aturdido y avergonzado por no soltarlo y porque ni si quiera se dio cuenta cuando se quedo dormido.

Entonces el pelinegro se movio un poco y Yeosang lo solto enderezandose en su lugar, Jongho lo veía de perfil y tenía la oreja y la mejilla un poco roja por estar apoyado en su hombro, el chico no lo miraba pero su corazón estaba acelerandose por la vergüenza que sentía.

—Me tengo que parar, muévete para que pueda salir y despúes si quieres duermes —le dijo soltando un suspiro y el omega asimilo lo que dijo y lo miró a la cara.

Estaban demasiado cerca y cuando Jongho le tomo las piernas para sacar la suya el pelirrosa se movió.

Jongho entro en el baño rápidamente y se escucho el lavabo, ni si quiera se digno a cerrar la puerta,después apareció, tomo su chaqueta y justo cuando iba a salir escucho un chillido.

Se giró y miro hacia la cama y lo que vio hizo que su lobo se agitara y su pecho vibró, tenía necesidad de algo.

El pelirrosa estaba arrodillado en la cama sentado en sus talones y se abrazaba a sí mismo, tenía los ojos abiertos y llorosos y sorbió de su nariz que se había puesto roja.

Jongho ni si quiera noto que el omega comenzó a ponerse en pánico desde que salió bruscamente de la cama.

 —No llores, no tardaré, quédate ahí, duerme más —le dijo con la mano en el pomo de la puerta, pero Yeosang comenzó a soltar lagrimas silenciosas y Jongho regreso hasta él.

 —No llores —le dijo brusco y le quito las lagrimas con los pulgares asperos de las manos, pero Yeosang solo se restrego más en aquellas manos.

 —¿Pu-puedo ir contigo? No me gusta estar solo —dijo bajito y lo miro.

 —Omega lo que va pasar ahora no te va gustar, van a reventar el Aurora y no creo que te guste ver eso, quédate aquí —dijo y se levantó de nuevo pero Yeosang se levantó y lo abrazo por la espalda, casi intentando detenerlo.

~D E S I R E~  [SEONGJOONG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora