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10 de julio de 1940

- ¡¿por qué no escuchas ideas?! - le dije enojada - eres un terco - solté de golpe.

- ¡la terca eres tu por no querer escuchar por que no! - solo lo mire enojada y cruce mis brazos.

- bien ¿por que no? - lo rete con la mirada.

- ¡es que es ridículo que te quieras regresar a Suiza después de lo que hicimos! No duraremos ni 5 minutos en ese lugar sin ser arrestados - reí amargamente.

- ¿crees que te daría esa idea sin estar segura? - su cara de enojado cambio a una de confusión - mande a alguien a investigar... Mi casa sigue intacta y ya esta a mi nombre... Desde que mi padre cumplió un mes muerto todo lo que tenía quedo a mi nombre.... El investigó sobre aquel horrible "accidente" no tienen ni idea de que lo provocó.... No saben de nuestra existencia, todos los guardias que te vieron están muertos - solo me escucho callado - ¿ahora sigues crellendo que mi idea es estúpida? - dije mas calmada.

- sigues sin convencerme - pude ver como se ponía de pie y caminaba de su escritorio al sillón.

Se sentó y pude ver como soltaba el aire con frustración y cerraba los ojos tirando la cabeza para atrás.

- ¿por qué estas tan estresado? - de nuevo mi voz era calmada, camine directo a él.

- llevó un año queriéndo irme de aquí pero ya no se a donde - el también se escuchaba menos alterado.

Recorte la distancia y me subí a su regazo poniendo mis piernas a sus costados.

Al sentirme abrío los ojos y puso sus manos en mi cadera.

- ya te di una solución... - acerque mi boca a su cuello dándole pequeños besos.

- yo.. No lo sé Annie - no separe mi boca de su cuello.

- ¿si sabes que la casa está en un pueblo? ... Hay escuelas cerca, tendríamos amigos... - lo mire a los ojos y le di un beso en la boca y dirigí mis manos a los botones de su camisa dejándome ver su pecho, no perdí el tiempo y lo bese con cariño. Pase mis manos a sus hombros dando un masaje.

Escuche como soltaba el aire y volvía a cerrar sus ojos y recargaba su cabeza en mi barbilla, incline un poco mi cabeza dejando mis labios en su frente dando besos. De sus hombros pase mis manos a su pecho acariciandolo.

- Annie basta - apenas escuche eso y me separe mirándolo confundida - no por que tengamos sexo me vas a hacer cambiar de opinion - como pudo decir eso.

- eres un idiota - me pare rápidamente pero sentí como me tomo del brazo.

- no te enojes - odio cuando me dice eso por que solo logra que me enoje mas.

- ¿y quien dijo que íbamos a tener sexo? Sabes que olvidalo, no te vuelvo a tocar - me solté de su agrre y salí de la habitación para llegar a la mía.

Como podía creer que lo iba a chantajear... Es lo que más odio en este mundo.

Entre enojada a nuestro cuarto y me encerré en el baño.

No tarde en escuchar su voz.

- podemos hablar por favor - solo maldije en voz baja, me iba a quedar pero tenía ganas de reclamarle.

Mi Angel (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora