P R Ó L O G O

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P R Ó L O G O

"Caminé por ese gélido pasillo. Mis pies estarían adoloridos por su rigidez como el hielo, sin embargo, ya no sentía nada. Mi mente estaba corrupta y triste ante mi duelo, perdida en él una y otra vez de mis recuerdos deformes de aquellos alaridos constantes... En esas cosas que alguna vez fui creyente cegada de la verdadera realidad. Inconsciente en la mayoría del tiempo perfectamente denso.

Permanecí como un maldito títere en su maldito mundo de alta superioridad a su manera.

Ese pasillo, era tan oscuro como su historia, volviéndose más perverso y escalofriante con cada pisada dura anunciando el reloj altisonante a mi muerte, siendo así mí fin como un bucle volviendo al mismo martirio. Sufrir por algo inexistente. Pero esta vez ya no tenía miedo, ya había pasado por tanto, y todas aquellas muertes al igual que esta, vestida de blanco como la maldita presa que era, como una paloma blanca prisionera de su libertad.

¿Libertad?, Nadie poseía aquello, y menos yo siendo lo que era. Privada finalmente por todo y de todos.

Hoy era el último día, el final de mi historia y lo presentía a cada paso transcurrido, lo anhelaba con todo lo que quedaba de mí. Con todo aquello con lo que podría desear.

Siempre había creído que era normal, que era una más, una simple y corriente chica, y lo hubiese deseado así.

Confié de manera absurda de quién estaba en este cuerpo era yo, no obstante, nunca me he pertenecido, jamás me valore, y no creo tener la capacidad de hacerlo de nuevo. Y estas afirmaciones daban golpes arrebatadores que dolían en mis entrañas.

Ahora lo comprendía, ahora lo veía, era tan claro, todo fue tan cristalino, y aquello se sentía como un torbellino de emociones frustradas una tras otra, chocando como tales rocas con el furioso mar. Esta situación me enrabiaba a tal manera inimaginable.

Mi padre, mi madre, Aaron, Amon, todos a mí alrededor, ellos me mintieron, no importaba si fueron piadosos o no, lo hicieron.

Hubo cosas que realmente nunca se justificaron, no se realizaron en mi mente con argumentos lógicos, y preferí ser invidente a las muestras de sus malditas falacias.

Y todo esto por mi culpa. Una culpa que heredó una pequeña bebé al nacer con pulso.

Yo era a quien buscaban. A quien perseguían. Ese factor en esta sociedad que estaba perdido, un eslabón inexistente.

Yo, Irina Romanov, hija de Amy y Enzo, era su Corona Roja, su copa de oro, el sabor del poder y la riqueza.

Observé el final del pasillo y su puerta inescrupulosa.

Hoy es el día, Irina.

No arrepiento de lo que he vivido. He perdido, he ganado, he amado y sea lo que me espere ahí, estaré lista, ya que de tanta mierda que había pasado ya esperaba cualquier cosa más.

Y quería hacer un brindis, por todos esos mentirosos, esos estafadores, esos que no superaban a mi Narciso.

Por mi madre que me dio amor, porque a pesar de sus mentiras y su legado siempre fue buena madre.

Por mi padre, quien me resguardo cumpliendo su promesa. Aunque apoyó esto, esta maldita guerra donde inocentes cedieron sus vidas, sus eternidades, su orgullo, sus todos. El me protegió creando injustamente una catástrofe.

Por Aaron, que me enseñó la oscuridad, mi más profundo ser, quién realmente me destruyó, me hizo a su voluntad y después de todo le sigo queriendo. Y le seguiría queriendo a mi hermoso Narciso.

Por Amon, que me brindó la luz, el único desgraciado que me engañó, pero para bien, para mi bien insano. Mi gran amigo que me quiere con el alma. Y le utilicé.

Los dos hombres detrás de mí me indicaron la entrada al laberinto, la entrada a mi muerte segura.

Hay un hombre viejo diciendo que sería buena reina.

Yo asentí con presteza, tenía razón.

Esperanzas perdidas.

Ellos abrieron la puerta descubriendo su olor a sangre, a muerte, y de ella emanó el apesadumbrado frio inerte.

Yo entre por la abertura al maldito infierno de mi especie, donde todos los que eran como yo no habían regresado, porque no importaba si fuesen bebés, jóvenes o adultos, absolutamente cualquiera que pasara no sobrevivía.

Y hoy de ese maldito caos saldría un rey, con una corona roja, junto al verdadero sabor del poder.

Secretos oscuros.

Que se de paso a la cacería por La Corona Roja."

LA CORONA ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora