𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒆𝒏 𝑻𝒐𝒏𝒐𝒔 𝑫𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐𝒔|NaruIno|

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Era de noche cuando Naruto por fin llegó a su casa tras haber finalizado el enfrentamiento, junto a Sakura, contra Kakashi-sensei. No había tenido descanso en lo absoluto. Con Ero-sennin caminaron un día entero--- sin descanso--- para llegar a Konoha, y luego su inmediata lucha con el que fue su sensei por años.
Decir que estaba cansado era poco. Necesitaba dormir.

Al ingresar a su pequeño hogar, fue recibido por una atmósfera de polvo y un olor a rancio. Cerró la puerta tras de sí, y recorrió con su vista el lugar. Notó que había polvo por todos lados, no había espacio sin montaña de polvo. Incluso, podía sentir los montículos de polvo entrar por su nariz, en lugar del aire, causándole ardor en sus fosas nasales.

Se dirigió a la ventana que estaba a un lado de su cama con el propósito de abrirla para que el polvo y el olor se disiparan.

No podía negar que él no es la persona más ordenada del mundo ni la más aseada, pero ni siquiera él podía dormir en medio de ese ambiente. Tenía un enorme trabajo por hacer en su hogar, el cual haría hasta mañana, debido a la pesadez que dominaba su cuerpo, por lo que, importar la suciedad de su cama, se tiro sobre ella y cerró sus ojos.

Sin embargo, sus planes para el día siguiente se vieron afectados y pospuestos debido a la noticia urgente que llegó a Konoha: el Kazekage fue secuestrado por Akatsuki. No pudo evitar senrir un amalgama de sentimientos como el enojo y rabia contra todos esos que se creía con el derecho de manejar la vida de todo aquel que poseia un biju en su interior.
Se prometió que traería a Gaara de regreso y haría pagar a esos malditos de Akatsuki.

Si bien, la misión de rescate del Kazekage no fue fácil, a pesar de contar con grandes habilidades de los integrantes del escuadrón. Tuvieron que dividirse para enfrentarse a los diferentes miembros de Akatsuki que se encontraban en posesión del cuerpo de Gaara, y a pesar de lograr la victoria sobre ellos, por un momento todos creyeron que la lucha había sido en vano pues Gaara ya estaba muerto tras la extracción de su biju. Pero, en un súbito cambio de pensamiento, la abuela Chiyo realizó un jutsu totalmente desconocido para Naruto, sin embargo este trajo de vuelta a Gaara. Al parecer, la abuela Chiyo dio hasta su último gramo de fuerza vital para revivirlo, causando su muerte. Siendo una muerte digna, si le preguntan.

Al regresar a la aldea, se dirigieron inmediatamente al hospital para tratar sus heridas. Cejotas-sensei llevaba a un muy malherido Kakashi-sensei en su espalda.

En el hospital, luego que la Hokage les dijera que hicieron un buen trabajo, notó que ella, junto a Shizune y Sakura salieron para hablar de algo que parecía serio, por lo que decidió seguirlas. Tras escuchar el propósito  de la misión para la cual necesitaban dos nuevos integrantes mientras Kakashi-sensei se recuperaba, Naruto se dispuso a buscarlos.

En su camino se encontró con Kiba, Shino y Hinata, pero ellos tenían una misión así que no. Siguió caminando por la aldea cuando pensó en alguien que no lo decepcionaria: Shikamaru.