Capítulo 1

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Un potente rujido se escuchó por todo el Palacio, guardias empezaron a rodear a la bestia, lleno de miedo busco la mirada de su madre, quien se escondía detrás de su trono

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Un potente rujido se escuchó por todo el Palacio, guardias empezaron a rodear a la bestia, lleno de miedo busco la mirada de su madre, quien se escondía detrás de su trono.

- ¡Kasef! ¡¿qué has echo!?- el echizero seguía en la puerta, el rey lo miro con recelo.- ¡devuelve me a mi hijo, mago de pacotilla!- sin decir ni una sola palabra, se hacerco al muchacho.

- fuiste elegido para proteger a mi futura reina, así que yo te obligó a cuidarla en lo alto de la montaña de luna, donde nadie pueda encontrarla.- los gaurdias lo rodearon, de su túnica salió humo verde cubriendo su cuerpo.-  seguirás joven y fuerte asta el día de su compromiso y sólo en esa montaña volverá a a ser un hombre.- sin nada más que el eco de los truenos se desvaneció.

- hijo mio...- la madre acarició aquellas escamas negras con cariño.- tienes que ir.- la mujer se soltó en llanto abrazando a su marido, quien lo miro apenado.

- lo ciento hijo, pero yo te exilio hasta que recuperes tu forma normal.- no lo miro a la cara, con algo de miedo y enojo, batió sus imponentes alas y deribo parte de la entrada.

Esa noche todos los guardias del Palacio hicieron guardia para asegurarse de que el ahora dragón no volviera. Sus alas aún siendo inexperto seguían moviéndose, dándose impulso con sus patas logrando elevarse entre las montañas. Apenas llegó a un terreno más colorido y lleno de bestias sólo vistas en libros, supo que llegó a los terrenos de Xaidia.

- míralo, es tan extraño ver un dragón negro.- pequeños seres peluditos, escondidos en las verdes hierbas murmuraban tal llegada.

Con irá soltó un rugido que se escuchó en toda Xaidia, minutos más tarde apareció aquel hombre con capucha.

- llegaste, perfecto.- de su capa saco una pequeña elfo de no más de 3 años.- te presento a Rayla, mi futura reina.- la pequeña se veía claramente asustada, llevaba consigo un pequeño peluche de un extraño perro negro.

- ¿no es muy pequeña para ti?- soltó al ver la diferencia clara de edad.

- no soy un pedófilo, mi pueblo está en guerra, ella aún es muy pequeña y es débil.- camino siendo seguido por el dragón y la pequeña Rayla.- yo soy amigo de su padre, viaje por los reinos humanos buscando un buen guerrero.- a lo lejos se pudo observar tres montañas.- ¿sabes usar tus alas ya?- miro los ojos verdes del gran animal.

- no puedo estabilizar me bien en el aire.- abrió Sus alas, el elfo se hizo a un lado.

- es un largo viaje, subiremos a tu lomo, kosen.- el animal molesto se  agachó dando más fácil acceso.

- es Kasef.- el elfo en su espalda hizo extraños símbolos y una cadena apareció rodeando su boca.

- ¿Kasef? Es un nombre curioso.- acomodo a la pequeña frente a el y aseguró su agarre en la cadena.- puedes avanzar ya.- las alas se batieron tomando algo de impulso, pero a pocos metros volvió al suelo, tomando impulso con sus patas.

- ¿crees que tu nombre es mejor que el mio? - con algo más de confianza sus alas siguieron con un ritmo tranquilo por el aire.

- lo es, me llamo Runaan.- una pose orgullosa se enmarcó en el elfo, el dragón sólo pudo soltar una risa.- ¿que es tan gracioso?-  miro la montaña a la que se acercaban, pero era muy pequeña aún.

- tu nombre es aún más curioso que el mío .- con cuidado bajo, sus patas se pararon sobre un árbol, el elfo en su espalda lo miro extrañado.

- ¿que pasa muchacho? - miro la dirección a donde miraba el dragón, notando como los árboles eran bruscamente empujados. - tienes que seguir subiendo, son cazadores de magos oscuros.- aprovecho la pequeña estatura de reptil y siguió subiendo por los árboles.

- Tío Runaan ¿que pasa?- la pequeña elfo se asomó por el costado del mayor, donde pudo ver enormes catapultas.

- oculta te Rayla, no permitas que te vean, ¡Kasef sigue subiendo!- la elfo se escondió en la túnica de su tío, con algo de duda el dragón se alzó en vuelo, esperando no llamar la atención de esos hombres. - ¡Kasef aquí en esa grieta! - rápidamente entró en la grieta, notando que había más espacio dentro, el elfo se asomó para ver donde estaban los cazadores.

- Tío Ruunaan...- la niña bajo del guerrero, apenas puso sus pies en el suelo, una luz rodeo al animal dejando lo en su forma de hombre.

- estamos a salvo, ustedes dos permanecerán aquí asta que ella sea mayor.- murmuró algunas palabras inentendibles para el humano, dejando ver el pequeño cuarto oculto en la grieta, con camas, alfombras y más. - cuando acabes tu misión, podrás volver con la misma edad con la que llegaste.- la cadena que antes estaba en su hocico de dragón, se ató a su muñeca y cintura.

- ¿porque soy yo quien cuide de ella?- la pequeña elfo seguía a su lado, ahora tomándo lo de aquella cadena.- se supone que los elfos son los mejores guerreros.- la cadena en su mano brilló tras ser empujada por la niña, debolviendolo a su forma de dragón.

- no te molestes joven príncipe.- tomó la mano de la pequeña para sentaría en la cama.- el problema está en los humanos.- saco la cadena de la boca del animal dejando lo en su forma normal.

- ¿los humanos?- automáticamente la cadena se ató a su muñeca.

- sus magos, ellos extraen nuestra magia para hacer magia de muerte.- le dio a la pequeña algunas frutas, esta inmediatamente comió.- sería peligroso dejar a las criaturas de Xaidia lidiar con humanos así.- le arrojó una manzana para que pudiera comer algo.

- ¿y me usaras como conejillo de indias?-  el elfo negó ante tal idea.

- tu humano, no tienes magia sólo la forma de un ser mágico.- lo rodeo con su caminar.- te he vigilado por meses, eres un buen peleador, tu y tu lanza son buenas técnicas para defender a la próxima luna.- de un tapiz en la pared saco una lanza con mucho parecido a la que usaba en sus entrenamientos.- tu humano Kasef eres el elegido para defender a la próxima Luna, ella no debe salir de aquí hasta que la guerra acabe.- cargo a la elfo en brazos y se la entregó a el humano.- adiós pequeña Rayla, volveré por ti.- colocó su mano en la mejilla de la más pequeña para limpiar sus lágrimas.- el humano Kasef te cuidara en mi lugar, trata lo bien ¿ok?- la elfo se escondió en el cuello del príncipe al ver a Runaan bajar la montaña.

- estaremos bien elfo, yo cuidate de ti.- de una caja de piedra saco frascos con líquido rojo, después de asesorarse dd que no fuera venenoso se lo paso a la pequeña para que pudiera beberlo.

- ¿el tío Runaan volverá pronto?- ambos estaban sentados en la grieta, vieron como el sol se escondía tras los árboles.

- no lo se, pero mientras tanto yo estaré para ti, somos amigos ahora ¿no?- la pequeña río y se apego al costado del humano.

- ¡si! - las estrellas comenzaron a salir, sin duda sería un largo tiempo, pero cumpliría la tarea que le obligaron a tener.

- ¡si! - las estrellas comenzaron a salir, sin duda sería un largo tiempo, pero cumpliría la tarea que le obligaron a tener

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El guardián de la última luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora