capítulo 2

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- tu guardia esta muy abajo, sube la

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- tu guardia esta muy abajo, sube la.- con un largo palo acomodaba la postura de la elfo.

- ¿y qué pasa si golpean mi estomago?- la rama dio directo en su cabeza, soltó un quejido y se hizo bolita en el suelo.

- el aire abandonará tus pulmones, eso pasara.- la miro sentada sobre sus piernas sobando su cabeza.- no estas atenta a tu alrededor.- tomó una de las extrañas frutas que recolectado en la mañana y la comió.- no se si estás lista aun.- la pequeña se levantó, batalló mucho para convencer al humano.

- e...estoy lista, yo puedo.- volvió a subir su defensa, espero atentamente a que el moreno volviera a tomar el palo con el que cogería su postura.

- esta bien, pero Nesesitamos un contrincante de tu edad, así que te hice esto.- busco bien detrás de su cama, saco a un no lo echo de paja y ramas de árbol, lo colocó enfrente de la pequeña.- el es Simón, es tu nuevo acompañante de pelea, ahora golpea lo.- tomó un lugar en la cama.

- ¿y porque no puedo pelear contigo?-reclamo, el niño de paja no se movería de su lugar, no se defendería ni nada que le ayudará a ser mejor.

- porque apenas y llegas a mi estómago, con Simón estas a la altura adecuada, aparte así puedes aprender a golpear mientras creces.- hizo una señal con su mano, la niña sin más remedio y sin interés empujó al muñeco Tirandolo al suelo.

- yo gane.- se puso a lado del mayor y se tiro a la cama.- ¿puedes pelear conmigo ahora?- el castaño sólo suspiro y le dio una fruta.

Los años pasaron como el aleteo de un colibrí en primavera, con la edad de 15 años Rayla aprendió a luchar correctamente, Kasef se sentía orgulloso de si mismo, aún con su apariencia de 18 años como había prometido el elfo, sería fuerte y sano como un roble. Su transformación la usaba sólo en los casos de egocentristas guerreros que se atrevían a cruzar toda Xaidia para encontrar la montaña donde se mantenían ocultos.

- aquí viene otro, ¿puedo hacerlo esta ves yo?- la elfo saltaba alrededor del castaño, nunca la dejaba combatir a los guerreros. - lo prometiste ya cumplí los 15, soy mejor ocultandome e incluso una vez le gane a mi tío Runaan.- igual que cuando era niña, enumeraba las cosas que podía hacer mientras daba fuertes pisotónes al suelo.

- mira este guerrero es mío, el siguiente que se aparezca es tuyo.- sin esperar respuesta, salió ya con su transformación, el guerrero al verlo lanzó su espada, confundiendo al dragón.

- ¡no escapes cobarde te pare para esto!- detrás de un arbusto salió un mago Barbón, al sentir la respiración en su nuca se volteo asustado. Ya todos sabían del dragón del cual no podían extraer su magia central.

- ¡es mio!- por enzima del dragón saltó la elfo encapuchada, empezó a luchar con el mago, cuando la tumbó y su capucha callo al suelo, intento absorber su magia y encerrada en una roca primaria, pero el dragón molesto, dio un zarpazo en el cuerpo del mago y estando alejado de la elfo lo incinero, miro a la elfo más que molesto.

El guardián de la última luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora