Capítulo 11

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- ¡¿Tio Runaan!?- la mirada verde callo sobre la peli-plateada, estaba arrodillado a lado del inconciente cuerpo de su tío

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- ¡¿Tio Runaan!?- la mirada verde callo sobre la peli-plateada, estaba arrodillado a lado del inconciente cuerpo de su tío.

- lleven los a la celda más segura del castillo.- Neftiri miro con tristeza como separaban a la elfo menor de Runaan, detuvo al rubio cuando quiso salir tras los recién esposados.

-¿¡porque haces esto!?- los guardias no dejaron avanzar más a la elfo, siendo incluso detenida por sus compañeros de tribu.- ¡Ethari se están llevando a Runaan! ¡¿porque no haces algo?!- al ver las lágrimas de su sobrina, la abrazo aguantando su propio dolor, dejando desahogarse en su pecho.

- Rayla, se que no lo entiendes porque nunca estuviste en la aldea, pero tenemos leyes.- la guió asta en escalón más cercano y se sentó con ella.- Runaan acaba de romper el tratado de paz con los humanos y los elfos de sol, ahora, sólo podemos esperar la respuesta de ambos.- los dos vieron como los elfos de sol rodeaban al humano rubio, aún sentado en el suelo.

- ¿el tratado de paz?- pregunto curiosa, al recordar como solían incluso matar algunos humanos que se atrevían a ir al pie de la montaña.

- con Sol Regem como guía, dijo que nadie más que el se ariesgaria a establecer una conexión con los humanos, eran extraños en nuestras tierras pero logró conseguir paz.- centro su mirada en su sobrina, sintiéndose culpable por no a ver luchado más porque permaneciera a su lado.- pero los humanos fueron guiados por un mal, estuvimos en guerra por años, asta que un rey tomó la corona, era pequeño para ser un rey, aún así volvió a establecer paz entre los reinos.- el castaño llegó corriendo, disculpamdose con el rubio por no poder proteger a la elfo, sentándose a su lado al ver que no le prestaba atención.- cuando Regem perdió a su compañera, la tristeza y la amargura lo consumió dejando el puesto de rey, ahora se encarga de proteger a sus nietas, como Runaan trato de hacerlo contigo.- desvío la mirada culpable, viendo la puerta donde se habían llevado a su esposo.- pero la paranoia de Runaan al no encontrar un dragón de luna, lo llevo a cometer semejante barbaridad.- siguieron hablando, de lo que podía pasar si los humanos y elfos de sol podían hacer por la amenazante llegada y los heridos fuera de los muros.

- mi reina, ¿piensa hacer algo con los elfos de luna?- uno de los guardias se puso a su lado, Neftiri negó y miro al rubio.

- llevarlo a su cuarto, que el otro humano y sus aprendices se queden con el, no lo dejen salir.- tomó el codo de su hermana y la estiró asta la entrada de los calabozos.- Janai, ve por Amaya que los lleve a casa.- fueron a las celdas más lejanas, los guardias la miraron esperando su orden.

- no puedes hacer le eso, sabes que no se va a ir.- abrieron la puerta dejando ver a los dos machos encadenados a la pared.

- Amaya tendrá que convencerlos de volver a su hogar Janai.- golpeó dos veces la pared y la puerta se cerró tras ellas.

- ¡No puedes llevarte a Rayla!- el elfo de luna trato de levantarse, pero las cadenas le impidieron hacer mucho movimiento.

- no hablábamos de ella, pero no es una mala idea...- la guerrera vio a su hermana y está asintió.

El guardián de la última luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora