Verde

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Vidas pasadas: En cursiva.

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Hasta ahora, nunca me había dado cuenta de lo hermoso que eres.

Tu sonrisa me deslumbra más que cualquier farola, tus ojos, rojos como la Navidad más alegre, siempre me daban una cálida bienvenida al llegar a casa.

A nuestra casa.

Mi yo de la adolescencia me daría un buen golpe por haberte descuidado, por haber arruinado lo que teníamos, por sonreírle a la gente mientras a ti te daba una mueca cansada, aburrida, como si no fueras nada, como si esos rumores que la gente soltaba cuando veían una foto nuestra en la portada de una revista no me importasen.

¿Te afectaba, verdad? Querías ser un héroe, pero no podías hacerlo solo, me pedías ayuda, apoyo, pero yo te daba la espalda como si no existieras.

Y cuando te fuiste, cuando por fin me quité la venda de los ojos y vi que ya no estabas, me di cuenta de lo mucho que había perdido.

Kacchan, estoy tumbado en nuestra cama, abrazando una chaqueta de mi merchandaising que tanto te ponías de pijama cuando estabas en nuestra casa mientras te aferrabas a mí en la fría noche y yo, incauto, dormía, pensando que todo estaba bien.

¿Sufrías, llorabas, maldecías tu existencia como yo hago ahora mismo con la mía?

Nunca lo sabré, porque te abandoné, te abandoné por una fama que jamás podría ser comparada con la luz que tú le das a mi vida.

¿Podrías volver, Kacchan? ¿Por favor? Vuelve, abrazáme, nunca me dejes ir, por favor, por favor, hazlo antes de que me vuelva loco.

Capítulo 4: Verde.

Katsuki no esperaba que se llevara tan malditamente bien con el bombero.

Definitivamente, Katsuki se podría esperar cualquier maldita cosa menos eso.

Había pasado cinco meses desde el incendio, y más de un mes desde que había pagado la finanza para sacar a su madre del calabozo, día en el que su novia lo había dejado por ser...

Un inútil en, prácticamente, toda la relación.

Por supuesto, lo iba a tomar bien, no iba a ser un niñato inmaduro preguntándose mil y un veces la razón de su ruptura, llorando por las esquinas como un mocoso con el corazón partido.

Aunque eso es lo que hizo cuando llegó a su casa hace cuatro meses de su alta en el hospital.

Katsuki era un ser humano, podía permitirse estar deprimido durante un tiempo ¿Verdad? ¿Se le permitía llorar aunque fuese un poco para desahogarse, para sacar todas sus frustraciones solo por un momento?

Tampoco es que necesitara el permiso de nadie, así que eso ocurrió de todas maneras.

Sin embargo, lo más preocupante para Katsuki en estos momentos, es el hecho de que su madre ha empezado a ignorar su existencia después de la discusión en el hospital donde un desconocido tuvo que intervenir.

Cinco meses más tarde, Katsuki todavía estaba esperando que Mitsuki admita que cruzó un límite y se disculpe, aunque desgraciadamente sabe que el orgullo de su madre es tan grande como el suyo, y por lo tanto, lo más probable es que se lleven mal para toda la vida.

Aunque no todo es malo, puede decirse eso a sí mismo.

De alguna manera, había conseguido tener un amigo.

Impresión Sensorial [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora