No te enamores de él.

Una puta con carácter.

Capítulo 6.

Un fuerte golpe me hizo levantarme de la acera en la que horas antes había estado durmiendo. Me arreglé la camiseta y me paré todavía con pereza en todo mi cuerpo.

Visualicé a Peyton afuera de un salón, que si mi mente no me fallaba era la clase de Botánica. Llevaba un polo escotado que le hacía más notorio el plástico que llevaba como tetas, un pantalón beige similar al mío. Y un libro. ¿Un libro? Sí, un libro.

Exactamente ese era un 3312.

Aunque parezca increíble lo tenía entre las manos, y lo estaba leyendo. Al parecer si tenía un poco de cultura, al menos. Me quedé un rato viéndola hasta que me di cuenta, que no hacía nada más que pasar las hojas del libro. Así que me aburrí y pues me fui.

Llegué hasta el estadio de la escuela y me acosté en una de las tarimas. Había ya perdido dos clases, no le veía lo malo perder otra. Cerré los ojos y esperé a quedar dormida una vez más.

-¿Anny?.-Una mano se agitaba demasiado rápido en frente mío. Entreabrí los ojos para poder ver mejor y encontré a Gustavo con una cara de pura preocupación.

-¿Qué pasó?.-Traté de no sonar enojada, pero eso me dio igual, en parte agradecí que me haya despertado, ya que no hubiera querido que nadie me viera dormir y babear al mismo tiempo. Si es que eso es de dama.

-Joder, pensé que estabas muerta.-Suspiró. Y al ver que yo no decía nada, salvo mirarlo. Añadió.-¿Quieres pasear o algo?.-Se rascó la nuca y pude ver que estaba haciendo lo posible por no hacer notar su nerviosismo.

-Ehm...claro.-No le veía nada de malo al asunto. Sólo caminaríamos, eso lo hacía cualquiera.

Me vino a la mente mi hermano. Esta tarde tenía que ir con Stephania a ver películas y si él no me veía llegar a casa, probablemente enloquecería y no tardaría en llamar a los bomberos para que lo ayuden a buscarme.

-Oye...¿Me acompañas a decirle algo a mi hermano?.-Pregunté.

-¿Tienes hermano?.-Devolvió la pregunta alarmado.

-Sí. No te asustes, no muerde. Quizá sólo pega, pero no muy fuerte.-

Eso pareció calmarlo un poco porque con un flojo acento menos que el anterior dijo:

-Si me muerde, es tu responsabilidad.-Asentí.

Busqué a Jeremy por todo el campus, los corredores y casi todos los salones. Pero no había rastros de él. ¿Qué pudo significar eso? Que quizá estuvo todo el tiempo en el cuarto de limpieza enrollándose con alguna tía. Y yo, pues, yo no quería intervenir.

-¿Vino hoy a clases?.-Gustavo quitó la mochila que llevaba arrastrando en mi mano, y se la colocó en el hombro fingiendo no estar cansado.

-Claro que sí. Estuvo hoy conmigo.-

-¿Cómo es físicamente?.-Preguntó.

-Es yo en versión hombre.-Conlcuí.-Sí, somos mellizos. Pero la original soy yo. Su célula antes de formarse era un virus.-

Rió.

-¿Ese no es?.-

-¡Oh por dios! ¡Por la rosa de Guadalupe! ¡Jeeeremy!.-Grité mientras corría en dirección a él.

-¡Auxilio! ¡Suéltame! ¡Maldita pervertida! ¡Ah! ¡Que asco! ¡No! ¡No me babees Anny Fajardo White!.-Cuando logró quitarme de encima, depositó un beso en mi sien y luego me pellizcó el estómago.-Vaya, vaya. Te dije, que no quería chicos alrededor tuyo. ¿Quién es él eh?.-

Uh.

-Gustavo.-Me encogí de hombros con total naturalidad. Aunque por dentro temía por mi amigo.-No iré a casa. Estaré con Stephi.-Dicho eso, me despedí con la mano de mi hermano.