Lazos

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El sonrojo que cubrió el rostro del cultivador era del mismo tono de los lotos bordados en el vestido de la mujer, el cual era tan amplio que cubría gran parte del suelo a su alrededor

– Me disculpó con usted Madam, la estoy importunando gravemente...– Se disculpó Xīchén mientras se levantaba usando todo su autocontrol para hacerlo de una forma rápida pero que no fuera brusca ni descortés (más de lo que ya lo estaba siendo), la posición en que había despertado era demasiado impropia, pero gracias al entrenamiento como líder de secta al que había sido sometido, Lán Xīchén había desarrollado una cara gruesa y supo sobreponerse rápidamente a su vergüenza inicial quedando solo el rojo en las puntas de sus orejas como prueba de esta – he cometido una descortesía...

– Para nada — le cortó con suavidad la joven dama la cual no parecía tener más de 20 años; en sus labios de corazón mantenía una sonrisa gentil que se le hacía particularmente conocida pero aún estaba lo suficientemente desorientado por el sueño para no conectar las ideas con su habitual agilidad mental por lo que aunque lo intentaba, no sabía de donde – no es algo de lo que debas preocuparte mi pequeño A-Huàn, después de todo tú me has llamado y he venido a cumplir tu deseo.

La repentina confianza con que lo llamo se le hizo incomoda, ya nadie lo llamaba así, pero por alguna razón sentía que contradecirla era demasiado irrespetuoso, en especial luego de sus últimas palabras– ¿Mi deseo?

–Por supuesto querido, ¿para qué más vendría? – En ese momento una de las aves que reposaba cerca voló hasta la diosa y se posó en su hombro acercándose hasta el oído de está y canto unas suaves melodías, el rostro de la diosa cambio mostrando sorpresa, sus manos subieron hasta su rostro y soltó una pequeña risa – Oh lo siento, no me he presentado, obviamente estarás confundido, mi culpa, mi culpa...

Tomando una actitud más formal y con una elegancia única junto ambas manos frente a ella haciendo una perfecta reverencia, el halo dorado que la rodeaba pareció incluso volverse más fuerte mientras hablaba.

–Mi nombre es Huā XiǎoLán, La Diosa que une los destinos, he aceptado la ofrenda de tu corazón y vengo a cumplir el deseo que guardas en este, te ayudare a encontrar ese alguien al que tú corazón estaba destinado – Xīchén se quedó sin habla, ahora sabia de donde le parecía conocida, había estado mirando la estatua de la deidad durante más de una docena de días, le parecía una completa falta suya el no haberse dado cuenta del parecido entre ambas, frente a él tenía una verdadera diosa, un ser del que solo había leído en libros y visto estatuas, alguien lejano y presuntamente ajeno a los problemas mundanos.

Sobreponiéndose al asombro inicial que le causo tal revelación hizo una reverencia profunda, mostrando así su respeto – Es un honor que su divinidad haya descendido para ayudar a este humilde cultivador con su egoísta petición – Una risa suave y cristalina le hizo alzar la cabeza sin entender que era lo que había causado gracia a la diosa quien había sacado un abanico el cual movía creando una suave corriente de aire moviendo sus cabellos.

– ¡Ah! – Suspiro la diosa – No importa los años que pasen, hay cosas que no cambian, en especial si se trata del clan Lán – El tono nostálgico en las palabras de la diosa no paso por alto para Xīchén, era como escuchar una anciana recordando sus mejores días – No es necesario que seas tan formal, basta con llamarme maestra, después de todo estoy acá para guiarte y para ello primero debes saber algo muy importante, ahora debes escuchar muy bien mis palabras, esta será tu primera lección – Bajando el abanico la diosa cambio su rostro a uno más serio - Lán Huàn, sé que piensas que aquel con quien compartirías tu vida y tu destino ha muerto y que con ello perdiste la oportunidad de vivir un amor pleno, tal como lo vive tu hermano en este momento, y que por eso estas destinado a una vida en soledad, pero no es así, es algo que te puedo asegurar, tu lazo es lo más claro que puedo observar en todos los reinos, incluso si no me crees te lo puedo demostrar, tú destinado vive y más importante, tú ya lo conoces, es alguien con el que has convivido y compartido, tu lazo con esta persona es realmente firme.

El Destino es CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora