XX. jugador pr ncipal

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El suspiro que dio el rubio mientras se cruzaba de brazos, era claramente por molestia, y Yoongi lo sabía muy bien, porque a su mejor amigo no le agradó la idea de que el nuevo asistente del viejo Min se enterara de su plan de venganza, o bueno, una parte de él.

Le había estado reclamando toda la tarde por la gran confianza que le tenía a "Hyunjin", porque sí, Jimin no sabía sobre la verdadera identidad del ahora pelinegro, y Yoongi sabía que si le decía la verdad sería peor... Pues antes era un policía y ellos no estaban en asuntos muy legales, pues habían envenenado a Taehyung.

—Le tienes demasiada confianza a ese idiota —el pelimenta frunció el ceño al escuchar el insulto—. Y no me mires con esa cara, Yoongi, porque tú no eres de confiar inmediatamente en las personas, mucho menos si trabajan para tu abuelo.

—Yo confío en Hyunbi-

—Hyunbin es diferente —lo interrumpió frustrado—. Él no intentó alejarme de ti incontables veces, él solo es ... Hyunbin, el idiota que me gana en ajedrez, le gustan la novelas de la tarde y los grupos de kpop, incluso es fan de las caricaturas de la mañana. Él está de nuestro lado, ese imbécil con cara de modelo no ha estado ni siquiera un mes completo y ya le hablaste sobre nuestra venganza.

—¿Y qué querías que hiciera? —preguntó sentándose en el sofá—. Acababa de encontrarse con Maddison, no podíamos decirle que venía para hacer una obra de teatro.

—Pudiste inventar algo.

—¿Algo como qué?, ¿Uhm? —movió la cabeza invitándolo a hablar—. ¿Qué hubieras dicho tú?

Jimin volvió a suspirar frustrado, pero está vez le dio una patada a la mesa ratona frente al sofá, tumbandola al segundo y desparramando sobre el piso las fichas del ajedrez y revistas de moda.

—Ven aquí —demandó Yoongi al ver que su mejor amigo iba a comenzar a botar más cosas—. Ahora, ven aquí —extendió ambos brazos, así el mayor entendía lo que quería.

Jimin pateó un mueble con loza cara, varias cayeron al suelo y se rompieron de inmediato, el rubio se quedó viendo el pequeño desastre que había hecho y caminó lentamente hacia su mejor amigo, posó sus manos sobre su cabeza, una en cada lado, y sus ojos los cerró con fuerza.

De apoco se sentó en el sofá, y lentamente se recostó junto con Yoongi, quien lo abrazó con cariño y cantó su canción favorita en susurros.

Yoongi estaba recostado boca arriba mientras que Jimin de lado, sus manos aún estaban en su cabeza y sus ojos apretados, solo que ahora tenía el brazo izquierdo de su mejor amigos rodeándolo y cantándole.

El menor sabía que a su mejor amigo solía pasarle aquellos arrebatos, no siempre, sino más bien cuando sentía mucha frustración, cuando las cosas no salían como él tenía previsto o cuando no lograba lo que quería.

Poemas de Hyung ©TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora