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Ya los demonios murmuraban que la reina, estando casada siempre se encontraba todas las noches a la misma hora en un bar para encontrarse con su ex, Vaggie.
No debes dejar de comer, no te hace bien, cariño- Dijo una peliblanca
Lo sé, pero detesto estar todos los días compartiendo un espacio con Alastor y no poder estar contigo...- Habló en voz baja Charlie
Ambas chicas se miraban como si estuvieran enamoradas por primera vez, desde que Charlie se casó veía a Vaggie a escondidas y nunca una de las dos faltaba a sus encuentros secretos. Ambas chicas se estaban acercando poco a poco, para calmar los deseos que tenían porque después de no verse unas horas se extrañaban como si no se vieran en toda la vida, pero el intento de beso fue interrumpido cuando la puerta de el lugar fue abierta con brusquedad, dejando ver al padre de la pelirrubia rojo de la ira y sin decir ni una sola palabra tomó el brazo de Charlie con fuerza arrastrándola de el lugar, dejando a Vaggie con las palabras en la boca:
Vaggie: Char-... Lie...
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¡ES EL COLMO, CHARLIE!
La voz de Lucifer resonaba por toda la habitación.
