—¿Qué es lo que más amas? —preguntó el hombre de marcado acento escocés.
—A Svetlana.
—¿Y qué es lo que más odias? —volvió a preguntar con malicia bañando sus labios.
—A los Treplev —declaré con un brillo sobrenatural en los ojos a los pies del hombre pálido como la porcelana fría.
La algarabía se oía en las calles. Los gritos de la familia reencontrándose luego de la inestabilidad política que se vivía en aquella época, el olor de guisos de cordero y pavo horneado y la felicidad destilaba de aquella escena. Observabábamos desde la inmensidad del bosque que rodeaba la apacible finca, justo a los pies del lago congelado. El punto donde había ocurrido una tragedia años atrás.
—He cumplido con cada cosa que me has pedido y los dos sabemos muy bien que los queremos lejos de la faz de la tierra a esa familia —sentencié aferrándome a la gruesa capa negra que cubría a mi mentor en lugar de abrazar sus piernas—. Cúmpleme el deseo de tener a Svetlana entre mis brazos.
Fijamos miradas. Él de oscuridad absoluta y yo de súplica. En un principio, él jamás hubiese imaginado encontrarse a un muchacho tan incauto para cumplir sus escabrosos planes y librarse de la familia de cazadores que lo acechaban desde hace siglos atrás.
Los Treplev eran los únicos humanos que sabían de su existencia.
Yo era solo un mero estorbo a sus planes del que pronto se liberaría..
Con una voz cavernosa el hombre habló de manera imperativa que me causó escalofríos.
—Levántate, H.
La nieve crujió bajo mis raídas botas de nieve y una nube de aliento congelado se elevó desde mi boca, ahogando la sorpresa. Observé a la sombra, que me llevaba casi una cabeza de ventaja.
—Desde que te conozco desde hace varios años me has pedido lo mismo cada año —declaró el hombre apoyando todo su peso en el tronco de un árbol —. Me has seguido ciegamente durante todo este tiempo y has cumplido con todo lo que te pedí; desde lo más banal hasta lo más repulsivo...
—Todo para cumplir ese objetivo, maestro.
El de sombrero se acongojó de la actitud lineal que me caracterizaba, la cual conoció cuando apenas daba mis primeros pasos en la adolescencia. En un principio, el vampiro deseó asesinarme para alimentarse, pero al no tenerle miedo alguno lo llevó a convertirme en su marioneta.
La razón por la que odiaba a los Treplev era por su demoníaca influencia, bajo el telar macabro, que era un amor inducido hacia la hija menor de la familia.
Yo sabía lo que él era. Lo había contemplado con mis propios ojos varias veces. Esos habían sido los mandados más complejos, los cuales determinaron mi lealtad hacia el "soucriant", nombre por el cual la sombra se hacía llamar.
Él también me contó su historia. De cómo terminó siendo, como era. De su vida como colono y luego, como sanguinario pirata. Como su estilo de vida lleno de excesos y lujuria le jugó una mala pasada al encontrarse con un monstruo en una isla que lo convirtió en lo que era. A pesar de eso, su vida no cambió mucho, pues antes de volverse un soucriant. Su vida estaba llena de matanzas y sangre.
Yo, en cambio, tenía una vida humilde y podría decirse, con suerte. Hijo de padres trabajadores. Conocía a los Treplev desde mi más tierna infancia, pues mis padres trabajaban en su finca: mi madre en la servidumbre y mi padre en las caballerizas. Luego de su fallecimiento por la tuberculosis, quedé al cuidado de Irina Treplev, la matriarca del hogar y madre de Svetlana. Allí me crié como un hijo más junto a los cuatro hermanos Treplev: Polina, Víktor, Boris y Svetlana. Esta última robó mi corazón de inmediato y esto se evidenció más cuando entré a la adolescencia. Nuestras edades eran casi las mismas y al cumplir los quince años nos besamos al pie del lago. En aquel momento, con el rabillo del ojo, logré captar a Boris espiando entre los arbustos y desde ese día los jefes Treplev mantenían a su hija lejana a mí.
Desde ese día, sabía que los Treplev se habían convertido en mis enemigos y me dirigía por el camino de la codicia a ciegas, llegando a los pies de un demonio que me obligó a cometer las peores atrocidades.
Todas las desgracias que les habían ocurrido a los Treplev eran fruto de estos encargos.
De estas resaltaron algunas:
15 de Junio de 1836: se incendia los campos de patatas.
2 de Septiembre de 1836: Son asesinadas las novillas de la finca.
14 de Noviembre de 1837: Cae una espantosa plaga a los sembríos de trigo. Toda la cosecha se pierde.
9 de Enero de 1839: Desaparece el último hijo recién nacido de los Treplev. Jamás encuentran el cuerpo.
31 de Marzo de 1840: Boris Treplev resultó atacado por un animal en el bosque mientras cazaba. Quedó ciego de este ataque.
5 de Agosto de 1841: El esposo de Polina Treplev es asesinado.
12 de Noviembre de 1841: Dos de la servidumbre desaparecieron y posteriormente fueron encontrados sus cuerpos en el bosque.
El calendario marcaba 31 de diciembre y la sombra tenía el último encargo para mí antes de cumplir con el trato.
—Te daré al fin el regalo que tanto ansiaste —dijo el hombre poniendo una mano sobre mi hombro—. Con él, podrás lograr tu objetivo de tener a Svetlana Treplev contigo.
Sonreí radiante al oír sus palabras y agradecí repetidamente al maestro, aun con un naciente sabor agridulce que me hacía cosquillas en la lengua.
Sin embargo, no esperaba que el maestro mordiera con fuerza el lado derecho de mi cuello.
Las ideas se desvanecían como mi aliento congelado en el aire mientras el soucriant mordía su dedo y ponía unas gotas de su sangre sobre labios. Un sabor picante, como no me lo esperaba. Lo que me llevó a alejar a mi maestro de mi cuerpo.
Mi respiración se volvió pesada y turbulenta y, al notar mi rostro de confusión, el monstruo simplemente sonrió.
—Así como ella hizo conmigo, yo te he dado mi regalo. Ahora ve y utilízalo bien.
De inmediato, supe qué hacer y caminé tranquilo a la casita de madera de los Treplev dejando al veterano demonio parado allí, en medio de la nieve caída, con sorna en sus facciones agudas.
Mi mente daba vueltas en un torbellino de recuerdos y mi boca escocía. El frío ya me molestaba y el ruido proveniente de la cabaña se acentuó en mis tímpanos, así como la infinidad de aromas. Uno en particular que me enloquecía.
Al entrar, la matriarca me recibió cariñosamente con un beso y me invitó a pasar para cenar. La comida estaba repulsiva, como si metiera en mi boca bosta de vaca. De reojo, miraba a Svetlana con sus cascadas rubias cayendo por sus hombros y sus manos delicadas que alguna vez palparon la piel de mi rostro.
Notaba el desdén de los hermanos mayores de los Treplev clavado como daga sobre mí. No me inmuté por aquello. Solo continúe mirando a Svetlana.
Tenía un muy lindo cuello, en realidad.
Entonces las campanadas de la iglesia comenzaron a tocar...
—¿Hassel? —preguntó Sorin Treplev acercándose a mí, que me encontraba encorvado en la mesa.
Un fuego me invadió incitando todos mis sentidos y fuerza al máximo. El sabor amargo se acentuó en mis papilas y gruñí como una fiera.
No demoré mucho para destrozarle el cuello de un mordisco.
Todos retrocedieron asustados. Víktor, en un acto de valentía, arremetió contra mí con un cuchillo de mesa.
El cuchillo terminó en su garganta.
Polina fue la siguiente al ser lanzada con violencia hacia la pared. Por último, Irina tuvo la muerte más humana al solo romperle el cuello con mi nueva fuerza sobrehumana.
Svetlana yacía encogida en un rincón mientras contemplaba el mar de sangre de su familia y a su amigo cubierto en ella. Temblaba ante mis ojos centelleantes como carbón encendido.
Antes de acercarme, lancé al suelo el reloj de arena que adoraba su padre y este se hizo añicos liberando toda la arena de su interior.
—Dijiste que ansiabas deshacerte de él —dije tendiéndole la mano ensangrentada a su amada.
Ella temblaba y lloraba. Antes de que comenzara a pedir auxilio, el nuevo demonio dentro de mí se abalanzó sobre ella para darle su regalo de fin de año.
El regalo de la inmortalidad.
Las campanas habían dejado de sonar.
Con la sangre cálida de mi amada bajando por mi mentón, lloré sangre en agonía. Sostenía el cuerpo inerte de ella contra el mío. Su existencia era efimeral comparada con la mía.
Mi maestro me dio un gran regalo y acababa de abusar de él.
Había perdido lo que anhelaba conseguir.
Existencia Efimeral: una existencia mezcla de efímera y visceral.
Mi nueva existencia maldita.
Entrevista con los vampiros
1. Nombre de usuario de Wattpad: TheLonelyFrozenWolf2. Desde hace cuando escribes del tema de vampiros y cuáles son los escritores dentro y fuera de la plataforma que te han inspirado:
Pues mi primera historia del tema de vampiros aquí en Wattpad la comencé a escribir desde hace dos años o año y medio. Sin embargo, comencé a enfocarme más en el tema escribiendo fanfics allá por el 2014 en la plataforma Fanfiction. Sin duda alguna, los escritores dentro y fuera de Wattpad que me han inspirado en el género son Bram Stoker, John Ajvide, Anne Rice, Stephen King y Whitley Strieber. También me gustaría incluirlo a Neil Jordan con sus películas de vampiros. También han causado un amor al género.Aquí en wattpad soy fan de uutopica, DanielaCriadoNavarro, Aniusi, MavelyMelchor y Marta_Cuchelo.
33. Dinos si tienes algún vampiro literario o de cultura popular que sea tu favorito y por qué:
Tengo varios vampiros favoritos. Entre ellos tenemos a Drácula por su puesto, Carmilla, Eleanor Webb de la película Byzantium, Lestat de Lioncourt de las novelas de Anne Rice y por último Alucard del manga Hellsing. Pues me gustan mucho, pues ellos se apegan mucho al folklore de donde se originaron los vampiros. Son sombríos, de tonalidades grises. No son ni buenos ni malos. Siempre preferiré a los vampiros clásicos.
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Historias de medianoche
Short StoryHistorias de medianoche es una antología oscura, repleta de historias que te helarán la sangre y harán que el mundo de los vampiros te cautive un poco más.