-No es nada más que un gato que se habrá colado por uno de los ventanucos, no deberíamos dejarlos abiertos en pleno invierno.- Mi voz sonaba más firme que nunca -trataba de tranquilizar a mis compañeros- pero yo entera estaba temblando…
Todos nos sentamos y continuamos con la clase sin ninguna otra distracción, pero yo no cesaba de pensar en lo que había visto…-No viste un gato, ¿me equivoco?- Así que lo había notado,-¿Cómo que no? Qué iba a ser si no listillo.
-Yo también vi la silueta de una persona cuando me acerqué, admítelo.
-Venga, si ni te acercaste pedazo miedica.-Sí que lo hice, otra cosa es que tú lo notases.- Quería creerle, de verdad que quería. -Vale, eso sí que no me lo trago.
-Sí que se acercó Frida Kahlo, y callaos de una vez.- Me resultaba extraño que no lo notara, pero tal vez estaba demasiado concentrada en lo que veía como para hacerlo. -Ella es Érika, la borde del grupo. Supongo que lo habrás notado.
-Sí, gracias. Me cae bien…
-Ya, pues tú a mí no así que no me vengas con el rollo ese de ser amigas
-¡Silencio por ahí atrás!- Gritó Vivian, la profesora de Plástica.
¡Riiing! Fin de las clases sin ningún otro suceso extraño, siento la necesidad de contárselo a alguien…¿a Dani? Tal vez, el también lo vio así que…-Hola.-Ammm, hola.- Alguien me había sacado de mis pensamientos, pero esta vez no había sido Dani.
-Me llamo Breno, quería haberme acercado antes, pero se te veía a gusto con Dani y…
-Tranqui, soy Senya por cierto. Me alegro de conocerte Breno.- “¿Me alegro de conocerte?” Venga hombre, en qué se supone que estaba pensando en ese momento. Sí, ese chico me cambiaba, lo reconozco y no con orgullo la verdad; llegaríamos a ser grandes amigos, pero sólo cuando yo aprendiese a controlarme y a ser tal y como soy delante suyo. No sé, supongo que en realidad tenía miedo de no gustarle si me mostraba tal y como soy, en fin…Era el chico más “popular” -por así decirlo- del instituto. Por el ángel, en ese momento sentí una aversión increíble hacia mi persona, pero no lo mostré ya que Breno se ofreció a acompañarme a casa y…no me iba a negar.
-¿Qué tal te trataron en tu antiguo hogar?- No sabía por qué, pero sentía una intensa atracción hacia mi nuevo amigo.
-Bueno…mejor de lo que merezco,- mentí como una bellaca. Se notaba que estaba mintiendo así que: -Vale, en realidad me trataron peor que a un felpudo. Era todo un asco y lo peor de todo fue, que cuando mis padres se divorciaron todo lo que tenía bueno en mi vida, desapareció.
-Lo siento, espero que aquí te vaya mejor…
-De momento, el primer día de clase no ha sido malo y tras salir de clase te he conocido así que…- Sonreí. Por primera vez en mucho, muchísimo tiempo, me sentía realmente feliz.
-Vaya…veo que tú también sientes esa…-¿Atracción?- Su cara se tintó de un color rojo intenso.
-Exacto, me daba vergüenza decirlo pero como veo que el sentimiento es mutuo…- Nos reímos y continuamos nuestro camino.
-Aquí es,- le dije con una sonrisa radiante como nunca antes había tenido.
-Genial, somos vecinos. Mi casa está dos puertas más allá.- Me parecía todo sorprendentemente fácil con ese chico y, sinceramente, me gustaba tanto el chico como que fuera así de fácil.
- Oye y…¿qué haces esta tarde?- Me paré delante de la puerta de mi nueva casa y detuve mi movimiento. -Debo ayudar a mi madre con las cajas y terminar de colocar mis cosas, lo siento.
-No, tranquila pero me debes una. Así que…¿mañana te paso a buscar para ir al insti?- Me encantó esa petición, pero trate de no mostrarlo demasiado.
-Trato hecho, ¿a qué hora?
-A…y cuarto ¿sí?
-Vale, hasta mañana entonces.- Me caía muy bien ese chico, -adiós.- Estaba en racha, era mi primer día y ya había conseguido dos amigos. Tenía la sensación de que no me iría nada mal en ese pueblo aunque…seguía odiándolo.
16 de enero de 2019: SENYA
Al día siguiente me desperté sintiéndome muy extraña, había tenido un sueño muy raro pero tenía la sensación de que aun no había terminado, es decir, como que habría segunda parte o…algo similar. Miré el reloj, eran las siete y media de la mañana y no había sonado el despertador, me resultó extraño pero…posiblemente se me habría olvidado configurarlo.
Me levanté de la cama, refunfuñando como siempre, me vestí, desayuné, me lavé los dientes, la cara y antes de que me diera cuenta ya eran las ocho y cuarto. Me asomé a la ventana y vi la silueta de Breno entre la niebla, cogí la mochila rápidamente y me precipité a salir por la puerta: -Buenos días, y adiós.- Óscar, mi padrastro acababa de levantarse para ir a trabajar.
-Buenos días papá, me voy al insti. Luego te veo y hablamos.- Me acerqué, le di por primera vez un beso en la mejilla y salí por la puerta riéndome cual niña pequeña haciendo una trastada.
-Buenos días, ¿qué es tan gracioso?
-Buenos días- le abracé, no sé por qué lo hice pero fue agradable.-Es que la cara de mi padrastro es genial cuando se desconcierta. Al salir de casa le he dado un beso en la mejilla por voluntad propia por primera vez desde hace cinco meses y medio y le he llamado papá en vez de Óscar.
-Me alegro de que estés contenta, te sienta bien. Y estás muy guapa con esa ropa…¿te has puesto lentillas? No sabía que usaras gafas.
-Y no las uso, no llevo lentillas…¿por qué lo preguntas?-
-Tus ojos cambian de color, me encanta. Si estás de mal humor o incluso triste están de un color marrón oscuro en el cual podría perderme, y si estás de buen humor, como hoy, son de un color marrón más tirando a color miel en el que me encantaría sumergirme. ¿Me equivoco?- Me puse roja e hice un gesto negativo con la cabeza, no me había puesto guapa ni mucho menos,-¿en serio crees que estoy guapa?- Asintió; llevaba unos de mis pantalones favoritos, eran grises claro y tenían la rodilla derecha descubierta, un jersey de terciopelo azul turquesa y unas Panama Jack color beige.-Gracias, al final llegaremos tarde, ¿vamos?
Al entrar en clase, un escalofrío incomprensible me recorrió de arriba abajo. Dani ya estaba sentado, repasando los apuntes de Física y Química del día anterior. La verdad es que sorprendentemente entendí todo lo que nos explicaron en clase, pero fue gracias a mi primer amigo.
–Buenos días,- le abracé también, cosa que pareció agradarle.- Buenos días Senya, oye…hemos quedado para mañana por la tarde Érika y yo para ir a ver una peli al cine e íbamos a decirle a Breno que se viniera, ¿te vienes tú también?
-Sí claro, me encantará conoceros mejor a todos. Además, soy cinéfila total.- Le sonreí y él también lo hizo. De repente, como un cometa que pasa fugazmente ante un planeta ajeno a la Tierra, se me vino a la mente el sueño tan extraño que había tenido esa noche. Mi gesto se volvió sombrío justo cuando Breno y Érika se acercaban y, desgraciadamente, mis tres compañeros de clase lo notaron.
-Hola nueva, ¿qué ha pasado con tu entusiasmo ligeramente irritante?
-¡Érika! No seas borde, ¿qué ha pasado Senya?- Me había dispersado del mundo real un momento, pero la pregunta de Dani me devolvió los pies a la Tierra.- Perdón, es que hoy he tenido un sueño muy raro y…se me acaba de pasar por la mente ahora pero no es nada. Por cierto Érika, ¿he notado un ápice de preocupación en tu tono de voz?- La sonreí y ella me lo devolvió a regañadientes, empezábamos a conectar.