Capítulo 1

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Primera hora del primer día de clase, Matemáticas. El profesor era un señor mayor, bastante recto, con voz monótona y siniestra al mismo tiempo. Me gustan las Mates, de verdad, pero las clases con ese señor me hacían tener ganas de -literalmente- quitarme del medio, cada vez que me tocaba clase con ese señor, sentía la necesidad de irme a casa (a eso me refería con quitarme del medio) y tumbarme en mi cama con la música en mis cascos a tope y quejarme a gusto de ese pueblo, sin nadie que me hablase de ecuaciones o polinomios con voz de asesino. Pero como no podía, me dedicaba a observar y dibujar a mis compañeros.
Vaya…me acabo de dar cuenta de un fallo muy grave, ni me he presentado;

Mi nombre es Senya, Senya Fernández. Tengo 17 años y soy de León. Mis aficiones son dibujar y pintar, bailar, cantar, leer y escribir. Tengo el título de socorrista y cuando logre terminar bachillerato en este pueblo, me gustaría irme a Inglaterra a estudiar psicología forense o infantil. Y ahora, un plus para aquellos que no saben lo que hace un psicólogo forense: son las personas que intentan descubrir por qué alguien cometió un crimen, las personas que ayudan a la familia o a las víctimas de algún crimen cuando lo necesitan y también son las personas que tratan y evalúan a los policías que han podido sufrir algún tipo de trauma en el trabajo (la muerte de un compañero…o cosas así). Y bueno, ahora que ya me conocéis, continuaré con la historia.

Como iba diciendo, en clase de Mates me dedicaba a dibujar a mis compañeros con diferentes estilos y materiales…pero siempre manteniendo aquel rasgo característico que los define a la perfección, ese rasgo que marca su esencia y su personalidad. Para que os hagáis una idea de cómo son:

Breno: 17 años; alto, pelo moreno, ojos verdes.
-Rasgo característico: Mirada sincera que atrapa y transmite calma.

Érika: 17 años; rubia, pelo largo y liso, ojos color miel.
-Rasgo característico: Melena perfectamente cuidada y rebelde a la vez que indica su preocupación por cuidar su imagen y su rebeldía.

Dani: 17 años; de estatura media, pelo rubio y revuelto, ojos marrones casi negros.
-Rasgo característico: Voz que envuelve y atrapa, tranquiliza cuando debe. (Me cuesta mucho representarlo)

Yo: 17 años (el 17 de enero); estatura normal, pelo largo y de un color extraño pero único (medio rubio medio moreno con reflejos cobres muy tenues), ojos marrones oscuros o claros dependiendo de mi estado de ánimo.
-Rasgo característico: Según la gente, mis labios “perfectos.”

¡Riiing!, suena el timbre y por fin se termina esa pesadilla de clase. Sigo dibujando, metida en mis pensamientos…-Hola, soy Dani. ¿Eres la nueva no?- Ese chico me sacó de mis pensamientos y eso me pone de los nervios.

-La nueva tiene nombre, gracias.- Cerré rápidamente mi cuaderno deseando con todas mis fuerzas que no lo hubiera visto porque él era la persona a la que estaba dibujando.

-Ya, y la nueva se llama…
-Senya, encantada. ¿Me dejas ya en paz?

-Vale, ya lo pillo. Me gusta tu rollo.- Lo reconozco, ese chico tenía algo raro pero…me gustaba. Sé que fui muy borde, pero siempre era así al principio.

- Oye, ya sé que quieres que me vaya de una vez y que te deje seguir con tu dibujo pero una cosa más, sé que has sufrido mucho y que en tu antiguo insti no te trataron bien, pero te prometo que no permitiré que vuelvas a pasarlo mal.- Le miré atónita. ¿De qué se supone que iba ese chaval y por qué conocía tanto de mí? Pero…quitando ese detallito, me había prometido algo que anhelaba con todo mi ser. Sonreí sin darme cuenta.

-Ah y…bonito dibujo. Me lo regalarás cuando esté terminado, ¿verdad?- Lo había hecho otra vez, me había sacado de mis pensamientos por segunda vez y a penas habíamos intercambiado dos frases. Ese chico tenía el maldito don de sacarme de mis pensamientos: - No veo por qué debería hacerlo.- respondí tajante.

- Bueno…soy yo el que está ahí retratado y además…¿somos amigos?-
La verdad, me sorprendió esa petición pero mirándolo así…no me iba a negar: - De acuerdo, amigos. Supongo que sí que te lo daré cuando esté terminado.- Accedí, no me gustaría que ocurriese como en el otro instituto y sinceramente…agradecía que ese chico, Dani, quisiera ser mi amigo. Además, no estaba nada mal en cuanto al aspecto, era guapo y su voz…su voz me envolvió y pensé que no pasaría nada por dejarme llevar por una vez en toda mi vida.
-Muy bien, ahora toca Plástica y no es que se me de muy bien así que…¿podría sentarme contigo el resto del curso? Sé que dije que me iría pero…necesito ayuda y es evidente que se te da bien.

Aula N°13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora