Me desperté en un sitio extraño, con las paredes pintadas de rojo, pero un rojo…intenso, como si fuese sangre.
Cerré los ojos, involuntariamente, no quería cerrarlos, pero tampoco abrirlos, tenía miedo. De repente los abrí, abrí los ojos y me encontraba en una habitación diferente, con las paredes blancas, como si esa habitación estuviese pintada cuidadosamente, con el fin de volver loca a una persona cuerda.
Después de eso, una persona apareció a mi lado, no sabía quién era, o…por lo menos no logré reconocerle, pero a pesar de no conocerle, hablaba con él como si le conociera de siempre, sin tapujos ni vergüenzas pero…no recuerdo de qué hablábamos. De repente, silencio…él se calló dejando paso a un momento de gran tensión, tal vez fueron cinco segundos, pero se me hicieron eternos. -Detrás de ti, hay alguien que te…-
-Y ahí fue cuando me desperté, no podía moverme, estaba como…paralizada.
-Bueno, sólo fue un sueño…Yo tampoco le daría mayor importancia.
-Ya, pero es que fue tan…real. Es decir, era totalmente consciente de que era un sueño, pero me parecía todo tan real, que me cuesta creer que no signifique nada. Además, nunca había tenido tales sensaciones al estar soñando.
-A veces ocurre, además lo de la parálisis del sueño es más común de lo que piensas, si es eso lo que más te aterra.
-Sé que pasa, no soy tonta, pero así empiezan algunas películas de miedo, un sueño que en realidad es una visión, un espíritu…- Nos reímos.
-Bueno, no te rayes tía, es un sueño.- Mentira, estaba mintiendo y su cara la delataba. En el recreo, Érika se había acercado para preguntarme porque yo no le había comentado nada, así que le conté mi sueño, bueno…Lo que recuerdo de él. Al terminar, su cara era crítica, pero actúa bien. Se le da bien disimular. Sonó el timbre y entramos en clase, historia.
Aunque…en cierto modo tenía razón, pero creo que no sólo ella me esconde algo, Vivian también lo hacía, pero obviamente y siendo la nueva, no puedo acercarme a ella y decirle “ oye Vivian me encantan tus clases, por cierto, ¿qué es lo que me ocultas? Y no es porque desconfíe de ti, que también, es porque parece que todo el mundo en este pueblo parece saber algo que yo desconozco.” Y después sonreír esperando una respuesta coherente y verdadera. Seguía rayada por mi sueño, pero hice como que hacía caso de lo que Érika me dijo, en verdad lo necesitaba. Necesitaba desentenderme del mundo y olvidarme de todo y de todos aunque solo fuese por cinco minutos. Por una vez, estaba decidida a ser egoísta y pensar en mí. Pero había algo dentro de mí que me impedía pasar del tema y hacer como si no hubiese pasado nada…ese sueño me inquietaba, pero no sabía por qué. No, simplemente había sido una pesadilla, una pesadilla que se había repetido y se había ido extendiendo a medida que pasaba más tiempo en ese pueblo.
-Tía, espabila ya ha tocado el timbre.
-Ah, sí ya…ya lo sé, solo estaba poniendo en orden mis apuntes.-
Mentira, odia tener que mentir a Érika, pero me había prometido a mí misma que lo dejaría estar…Espera, ¿en qué momento se había terminado la clase? -Estabas tan inmersa en tus cosas que no te has dado ni cuenta.- Me dijo Dani tendiéndome sus apuntes.
-Gracias, pero sí que estaba atenta.- Me había salido tono de reproche…primer fallo del día, -entonces…esto no te hará falta.- Hizo ademán de guardar sus apuntes, había pillado perfectamente el concepto de mi voz, pero no le había parecido mal.
-No, no. Esto me lo quedo para pasarlos por la tarde, por si me falta algo…
-Claro, porque has atendido…- nos reímos. -Sabes perfectamente que si necesitas contarme algo puedes hacerlo…- No tenía ni idea de qué contestarle, normalmente se me da bien deducir cuál es el sentido verdadero de lo que la gente dice al captar su tono, pero esta vez estaba perdida…-Lo sé, gracias.-Sonreí intentando dar a entender que estaba bien.