Capítulo 6: Di tu Deseo

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NOTA DE AUTORA:

• La letra que esté en itálica, será flashback.

• La comilla individual (') serán 'pensamientos'.

• Las comillas dobles (") serán "diálogos".

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[Canción de inspiración]

Las Islas del Sur

Hans yacía recostado, mirando las perfectas líneas de las piedras de su celda, tratando de recordar cuándo fue la primera vez que lo trasladaron a los calabozos. Se sentía particularmente olvidado aquel día... ¿qué día era? Sentía que era un día especial, pero no estaba bien seguro de qué. Quizás era el mismo día que lo habían llevado por primera vez en esa celda. Cerró los ojos para pensar, y quizás eso lo haría dormir con más facilidad.

...

'Enterrado dentro de esta celda otra vez. La otra al menos tenía una ventana que daba al Jardín Real', se lamentó Hans. 'Esta es solo una muy grande y húmeda ataúd.'

Se encontraba incapaz de dormir. Hans se había acostumbrado al gélido roce del viento nocturno en su piel, por lo que cambiar de celda le pareció arbitrario después de tanto tiempo.

"El príncipe solicitó un cambio de celda para más seguridad" le había respondido su guardia. Una respuesta que era poco específica e inútil en su búsqueda de información. Eso irritó mucho a Hans.

"¿Cuál de todos?"

"El príncipe de las Islas del Sur. Buenas noches."

Y así sin más cerró la puerta en las narices de Hans.

Se nota que es algo que deseaba hacer hace mucho pensó el príncipe. ¿Qué plebeyo no querría patear el trasero de un perfumado alta cuna?

Hans nunca había sido maleducado con sus sirvientes, o soldados de la Corona. No que él recuerde. '¿Estás seguro de eso?' Preguntó una voz escondida entre otras mantas de recuerdos oscurecidos. La cuestión es que si podía imaginar que humillar a alguien de la nobleza sin sufrir consecuencias ni repercusiones negativas puede sonar tentador para algunos desvalidos. El podía entender ese sentimiento muy bien.

Allí estaba oscuro. Más oscuro que su celda anterior. Esto era un calabozo subterráneo, por supuesto. Alguien se aseguró que no tuviese ni una gota de la luz del sol, o de luna. Ni siquiera de las más diminutas estrellas distantes.

'Tengo frío' se dio cuenta mientras sus dientes castañeaban ligeramente. Los harapos que llevaba puesto eran hechas de pesadas telas, pero en la oscuridad de su tumba prisión, aún tenía frío.

'Estoy seguro que los estupidos Smitchz se deben de estar regozijando en sus asquerosas chozas a lo que llaman casa.'

Hans recordaba a todas las familias y nombres que visitaba cuando su señor padre demandaba que cobrase los impuestos a la Corona. Los malditos casi nunca llegaban, y era el quien debía ocuparse de los asuntos... no tan agradables de su trabajo como lacayo. En los mejores de los casos, era el hombre de la casa quien se quedaba sin comer. En los peores de los casos, los niños...

El Príncipe Malvado [Frozen fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora