Reyes de Camelot || Arturo Pendragon (Rehaciendo)

VI. 'Cómo sacarle dinero a un Vikingo' by Arturo.

– ¿Qué está pasando, Jack? – preguntó Arturo una vez que estuvieron los cuatro hombres a solas dentro del cuarto que Jack mencionó. El rubio cerró la puerta tras de sí y se acercó a la mesa que había en medio de la pequeña habitación para apoyar sus manos de ella– ¿y qué tiene que ver con nosotros?

– ¿Sabes quién es ese hombre? –comenzó Jack con una pregunta simple sin querer cambiar su mirada a una que no fuera seria.

– Para un hombre tan popular, me sorprende no saberlo –contestó Arturo sarcásticamente.

– "¡El escurridizo Bill!" –respondió Jack en un tono que le dejara claro a Arturo que no estaba jugando.

– ¡Lo conozco! –exclamó Fideo tomando la palabra rápidamente y haciendo que todos los hombres a su alrededor voltearan a mirarlo– le pusieron ese apodo porque siempre escapa de las celdas dónde lo meten.

– Estaba en este establecimiento y no es bueno para ustedes –advirtió Jack girando hacia Arturo– ¿qué está ocurriendo?

– ¿Qué está ocurriendo dónde? –preguntó el rubio dándose la vuelta, fingiendo que buscaba lo que quería decir Jack.

– Muchos te buscan Arturo, te mencionan en los círculos –le dijo Jack casi alzando una ceja recriminatoria.

– ¿De qué círculos habla? –preguntó Back Lack desconfiado, siempre tratando de proteger a su mejor amigo.

– Estoy hablando del círculo de tejido de mi madre –dijo Jack sarcásticamente– ¡soy un general del ejército oscuro, estúpido!, ¿de qué círculos crees? –dijo con brusquedad hacia Back Lack y regresó su atención a Arturo– ahora háblame de una mujer llamada Lucy, un vikingo llamado Barba gris, y un rebelde que pintarrajea nuestros muros.

– ¿Ahora escribes un libro? –preguntó Arturo tratando de aligerar el ambiente con gracia.

– Dime, todos los detalles –ordenó Jack.

– Arturo soltó sus brazos, que hasta ese momento estaban cruzados sobre su pecho, y con simpleza y un ademán desinteresado respondió– tuvimos una charla amistosa con los vikingos... – y así dio inicio a su relato.

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– ¡Apártense!, ¡atrás! –les gritó Arturo al grupo de vikingos con los que se enfrentó él solo con ayuda de sus dos más leales amigos, esa misma mañana antes de volver al burdel con Lucy.

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– Dije desde el comienzo –ordenó Jack interrumpiendo la historia, queriendo escuchar cada detalle de ella– desde el principio.

– Desperté temprano –respondió Arturo siguiendo la orden.

– ¿Luego? –preguntó Jack con mirada agría dándole un disimulado asentimiento de cabeza a Arturo para que siguiera.

– Luego me vestí, baje, vi a las chicas y Lucy no estaba.

– Es una buena chica –dijo Back Lack.

– Es muy linda –Fideo estuvo de acuerdo en eso.

– Trabaja aquí –finalizó Arturo.

– ¿Y entonces? –preguntó Jack casi escupiendo al hablar.

– Entonces los muchachos y yo atendimos el negocio, revisamos todo.

– ¿Luego? –siguió insistiendo Jack.

– Supimos que George volvió a tener problemas anoche –dijo Back Lack recordando el momento justo en que le llegó la noticia y cómo Arturo les dijo que lo esperaran al frente del burdel para ir a hablar con George.