Catia adora los pájaros, Ginebra se había dado cuenta de eso con el tiempo; para cada cumpleaños Vortigern le regalaba vestidos, diademas o joyas caras, incluso una vez le regalo una hermosa yegua blanca, pero Ginebra siempre iba al mercado de Camelot disfrazada y le compraba a una amable señora una nueva jaula con pájaros de todos los colores; exóticos provenientes de otros países o algunos capturados en la nación, algunos grandes que podían sostenerse sobre su brazo y otros tan pequeños que podían caber en su mano. Fueran los que fueran Catia amaba que le regalaran pájaros.
– Algún día me gustaría ponerlos a todos en libertad –comentó la joven princesa Catia– ir al balcón, abrir la jaula, y verlos a todos volar por el cielo –dijo con una dulce sonrisa que le contagió a su hermana mayor.
– Quizás algún día lo hagas –le respondió Ginebra con su propia tierna sonrisa– cuando seas reina y tengas el poder para hacer tus propias leyes, podrías ordenar que pongan a todos los pájaros en libertad –dijo la mayor siguiéndole el juego, pero en cuanto escuchó la mención de ser la sucesora de su padre, Catia bajó la mirada un poco triste o quizás algo indecisa– ¿estás bien?
– Sí, solo no quiero hablar de reinados y sucesiones –dijo la joven tomando al azulejo entre sus propias manos.
Fue entonces cuando Ginebra lo comprendió; no importaba lo mucho que Vortigern se esforzara por mantener a su hija dentro de una burbuja de lujos, comodidad y falsa felicidad, en el interior Catia sabe que su padre no es un buen hombre, es un tirano, y ser la sucesora de un rey así, la futura reina de una nación en decadencia, con la expectativa de todos sus súbditos que se preguntan: "¿qué clase de reina será ella en el futuro?, ¿será igual que su padre o tendrá las agallas suficientes para ser alguien mejor y sacar al país de la inmundicia dónde su predecesor lo tiene", sinceramente no debe ser algo fácil de asimilar y debe ser mucho peor de enfrentar. Quizás por ello Catia baja la mirada cuando se le menciona como la heredera al trono, y quizás por ello busca esposo entre los hijos de los nobles, alguien que rija y tome esa dura decisión por ella, quizás por ello Ginebra no siguió insistiendo en cuanto al tema de "los reinados y las sucesiones."
El pajar se encuentra en una pequeña habitación del castillo que sirve como estancia, allí la familia real acostumbra pasar el rato, justo como lo hacen las dos princesas y como ahora lo haría el padre de ambas, quién llegó acompañado por su fiel mano derecha, el Eral de Mercia, mientras éste le hablaba de los hombres que se reunieron afuera de la fortaleza para intentar sacar la espada.
– ¿Cuál es la situación, Conde? –preguntó Vortigern bajando los escalones que conectan la puerta de entrada de madera con el resto de la estancia.
– Han venido todos los hombres de la edad adecuada –respondió Mercia siguiéndole el paso a su señor pero guardando una distancia prudente del mismo, así mismo cuando Vortigern se detuvo para contemplar a sus dos hijas, Mercia se detuvo dos pasos atrás de él– y ninguno ha logrado sacar la espada –dijo el Conde mientras que Vortigern veía como Catia cargaba al pequeño azulejo y le acariciaba la cabeza con una sutilidad digna de una princesa.
– ¡Pon el ave de regreso en la jaula, Catia! –ordenó Vortigern. Aquellos pájaros le pertenecieron a Lady Elsa antes que a sus hijas, por lo cual sería lógico pensar que el simple hecho de verlos le recordase a Vortigern el asesinato de su esposa, y por lo mismo estuvo dispuesto a liberarlos a todos hacía mucho tiempo, de no ser por Catia apoyada por Ginebra, quienes se comprometieron a cuidarlos, no quedaría un solo pájaro en su castillo.
La joven princesa tan sólo se limitó a mirarlo con frialdad, una mirada sutil pero molesta, retadora pero cuidadosa, casi como si lo estuviese desafiando en silencio, "la pequeña rebelión de Catia" es como Ginebra lo llama. La relación padre e hija de Vortigern y Ginebra siempre ha sido, relativamente, "buena", pero solo porqué Ginebra finge respetarlo como padre y estar a su lado siempre que puede, es parte de su actuación para ganarse su confianza mientras apoya a los rebeldes. Pero por el lado de Catia, su relación con su padre es... la palabra correcta sería "complicada," no es que se odien pero tampoco son el mejor ejemplo de "amor fraternal," y eso Ginebra lo comprobó luego de que Catia mirara en su dirección en busca de ayuda.
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Reyes de Camelot || Arturo Pendragon (Rehaciendo)
FanficEl rey Uther Pendragon fue traicionado y asesinado junto con su esposa, la reina Igraine, y el hijo en común de ambos está perdido. En vista de esto, Vortigern Pendragon, el hermano menor del rey, asumió la corona de Inglaterra y todo el poder que é...