Reyes de Camelot || Arturo Pendragon (Rehaciendo)

IV. La nueva reina, su prima y su caballero.

El camino que llevaban recorriendo desde hacía tres días era peligroso y largo, repleto de bandidos que habitan en los bosques y animales feroces acechando desde la sombra de los mismos, por eso solicitó a los mejores hombres que su abuelo tuviera para hacer del viaje más seguro, sin embargo, la más joven estaba completamente segura de que el único peligro al que se enfrentaban era al de no sentir las piernas una vez que desmontaran.

A la mayor, esos últimos tres días de viaje y campamento en medio del bosque le dieron mucho tiempo para pensar mientras veía las montañas de Cambrian Range desvanecerse poco a poco en ondulantes colinas verdes pastosas cerca del río Avon, sin duda alguna estaban llegando a su destino.

Damara y Naya Silverthorne, las princesas de Joyous Gard, nietas del actual rey de la mencionada ciudad, llevaban viajando tres días exactos desde su ciudad natal hasta Camelot por el dichoso convenio que hizo su abuelo con el rey de Inglaterra: el rey Cordel Silverthorne de Joyous Gard mantendría su corona, a cambio de que una de sus nietas se casara con el rey de Camelot en el futuro, cuando ambas tuvieran edades casaderas.

Damara, la hija del primogénito y príncipe heredero del rey Cordel, fue criada como toda una noble dama: con educación, modales y gustos excepcionales. Su madre y su institutriz le inculcaron un carácter serio y reservado desde la niñez, aunque su forma de ser tan callada y fría se le atribuye completamente a ella. Su cabello, rojo como el fuego, contrasta mucho con sus ojos, azules como el agua, y sus labios que son de un tono más fuerte que su pelo, combinan perfectamente con su piel blanquecina. Debido a su belleza y carácter, madurados con la edad, su abuelo está casi seguro de que el rey Vortigern la escogerá a ella como su nueva esposa.

Además, según el convenio original que el rey Cordel tenía con el difunto rey Uther, Damara sería la futura princesa de Tintagel y reina de Camelot por su matrimonio con el "desaparecido y presuntamente difunto" príncipe a la corona, Arturo Pendragon. Si Vortigern escogiera a Damara como su futura esposa, estaría honrando el convenio que su predecesor pactó con Cordel hace poco más de veinte años, lo cual ya hace lejano que llegue a escogerla a ella.

Aunque claro, tampoco hay que despreciar a su prima Naya, quién no posee rival en cuanto a belleza, sin mencionar que quién se case con ella no hallará un solo momento de aburrimiento.

Naya Silverthorne es la hija del hijo menor del rey Cordel, futuro conde de la ciudad en cuanto su hermano mayor acceda al trono. Naya es distinta a su prima en todos los sentidos, pues mientras Damara es seria y guarda sus pensamientos para sí misma, Naya es más risueña y siempre decide dar su opinión aunque nadie se la pida. La madre y la institutriz de Naya, quién era la misma de Damara, trataron de inculcarle el mismo carácter de su prima a ella, ya que, al parecer, a los hombres les gustaban más las mujeres calladas y de carácter pasivo, pero Naya siempre demostró ser una joven apasionada y dueña de su carácter y pensamientos.

El cabello de la joven princesa es rubio lacio, como el de su padre, lo cual combina bien con sus ojos de un tono azul celeste, parecido al de su prima. Su piel es blanca como porcelana fina, y sus labios, con algo de relleno en ellos, son de un ligero tono rosado.

A los veinticuatro y veinte años, por supuesto, ambas deberían ya estar casadas y con su primer hijo incluso, pero su abuelo mantenía la promesa que le hizo al rey Vortigern siempre vigente, o al menos esa era la excusa que daba al no querer admitir que no quería entregar a ninguna de las dos siendo tan jóvenes.

Ninguno de los hijos del rey tuvo un hijo varón. El mayor, fue debido a que su esposa falleció al dar a luz, y el menor por qué él, junto a su esposa, ha intentado tener otro bebé durante mucho tiempo, pero hasta el sol de hoy nunca lo han conseguido; por lo que la nieta que Vortigern no escoja como esposa, será la sucesora de su hijo mayor.