8. En medio de la tormenta

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Shun no puede creerlo, ¿de veras June irá con él?, pero, no es sensato, es un lugar de mala muerte, asqueroso y hasta peligroso, no puede ponerla en riesgo.
-No te imaginas cuanto te agradezco el gesto pero no te agradaría. Al fin y al cabo es sólo un par de idiotas dándose puños, y lo más seguro es que voy a perder, así que... otro día más bien te invito a almorzar-.
Lentamente se pone de pie, June parece que va a protestar pero algo la refrena y se lo piensa mejor, suavemente le responde -como prefieras, de todas maneras nos estamos viendo, te cobraré ese almuerzo, ¿que te parece mañana acá mismo en la cafetería?, salgo de clase a la una-.
-A la una entonces- responde Shun sonriendo de nuevo, y de repente siente en su mejilla los suaves labios de June que se ha parado de repente y le da un beso. De nuevo se congela, como cuando la conoció, ella camina alejándose y cuando ha avanzado un metro voltea la cara y le grita -trata de cuidarte esa cara bonita, no quiero verte lastimado mañana, hazlo por mi-  le guiña un ojo y se va.
Shun traga saliva, definitivamente esa mujer tiene algo que lo descontrola, pero en este momento debe alejarla de su mente para pensar en su pelea. Según lo que le dijo Spryga es un tipo rudo con mala fama que ha llegado desde New York y se ha hecho nombre en las peleas clandestinas como alguien despiadado. Shun no puede evitar pensar que esa es la razón por la que la pelea paga tan bien, nadie quiere ser golpeado sin misericordia por un peso completo como ese, pero él necesita el dinero y Spryga lo sabe, por eso lo usa como comodín para lograr esas peleas peligrosas, además Shun también tiene su fama, nadie lo espera pero aguanta golpes de una manera inimaginable y en medio de la pelea cuando su oponente se está cansando algo se enciende en su interior y logra dar vuelta al combate con golpes exactos, precisos y poderosos. Sólo espera tener la misma suerte esta vez y que su cuerpo aguante la golpiza.

Todo el lugar está a oscuras, Shun espera en su esquina preparado para la pelea, siente la misma tensión que lo llena antes de cada encuentro y un pequeño asomo de miedo que reconoce en el fondo de su estómago, ya ha peleado suficientes veces para saber que ese pequeño miedo no se va a ir hasta que suena la campanilla final, y el comprueba que sobrevivió más o menos entero al combate.
El presentador anuncia a su oponente, el público grita emocionado y una luz roja ilumina la bodega donde se realiza el encuentro, un enorme luchador camina hacia la lona improvisada con paso seguro y desafiante, Shun traga saliva nuevamente, el miedo se hace más grande en su estómago y lo observa pasearse orgulloso por la lona mientras la multitud lo aclama. Entonces escucha al presentador diciendo su nombre, la luz cambia a un aguamarina más suave, siempre ha preferido una entrada menos vistosa, camina derecho y serio hacia la lona y sube de un salto, parte del público habitual lo vitorea pero el abucheo es más fuerte. A Shun no le importa, al fin y al cabo no lo hace por la gloria, ahora lo importante es no morir en el intento de conseguir unos dólares.
Se pone en guardia mientras su retador lo mira por encima del hombro despreciando a ese chico menudo que tiene enfrente, el presentador explica las escasas reglas, nada de golpes bajos y no golpear a un hombre en el suelo, después se retira y suena la campana.
Shun puede sentir aún el sonido de la campana en su cabeza cuando ve venir el primer golpe, un puño directo y enorme se dirige de frente a su cara, logra esquivarlo con un giro rápido pero entonces un demoledor gancho izquierdo lo agarra con la guardia baja y siente el impacto directo en su mandíbula, siente que su cabeza explota de dolor, pero logra no caer, doblándose un poco se limpia la sangre del labio y piensa para si -mantén la puta guardia o este imbécil va a matarte- se cuadra más pequeño y encogido detrás de sus puños, si logra dos impactos al menos le quitará seguridad, lanza un gancho derecho pero no es más que un engaño, su oponente lo bloquea fácilmente, entonces envía un rodillazo directo a su riñón, pero inmediatamente su rival reacciona sosteniéndole la pierna, Shun hace equilibrio sobre un pie y sabe que es blanco fácil, forcejea, pero el gigante lo sostiene firme mientras le susurra con desprecio -con que quieres pasarte de listo saltamontes, ¡pues te voy a destrozar!- y al tiempo que escucha esas palabras, Shun siente el impacto de un codo indestructible directo contra su rodilla, el dolor es intenso y abrumador, cae al piso con la pierna inutilizada por un momento, se sostiene con los brazos y se levanta lentamente tratando de mantener el equilibrio. Decide atacar de repente viendo una pequeña ventana de posibilidad golpeando fuertemente el abdomen de su contrincante, solo para chocar con un muro de músculos que no cede, en cambio recibe un golpe igual que lo deja doblado y sin aire, con los oídos zumbando. En ese momento siente toda su fuerza irse, se pregunta si valdrá mejor la pena dejarse vencer sin oponer resistencia aguantando menos castigo, y cuando está a punto de bajar los brazos escucha entre los gritos del público una voz conocida que lo alienta. -Pero, no puede ser, ¿June?, ¿cómo diablos?-, y esa distracción le cuesta otro golpe directo a las costillas, al tiempo que escucha al gigante decirle -eres un completo inútil y un cobarde, mejor ríndete de una vez-.
Eso es todo lo que necesita, el momento que estaba esperando, toda su ira se concentra en su estómago y corre por sus venas como adrenalina, de repente lo único que ve y oye es la cara de su padre repitiéndole -eres una vergüenza, un inútil bueno para nada, un afeminado fotógrafo que desperdiciará su vida-. La rabia lo impulsa y rápidamente sus golpes se vuelven certeros y precisos, su rival no se lo espera, lo sorprende con una ráfaga de veloces ganchos directo al estómago dejándolo sin aire, y cierra el combo con un uppercut a la mandíbula que le destroza los labios en sangre y un izquierdazo directo al ojo derecho.
Shun no oye nada, no ve nada diferente a sangre saliendo de los labios, de la ceja y de la nariz de su contrincante que levanta los brazos en señal de derrota. Como en una niebla escucha la campanilla y observa al gigante caer lentamente al suelo mientras escucha al presentador declararlo el ganador, entonces todo se nubla, se fuerza por encontrar a June en la multitud pero un agujero negro lo hala hacia la inconsciencia y lentamente cae también al piso de la lona.

Fin del capítulo 8.

Un viaje al infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora