Siempre mentirosa

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Capítulo 11

Azul se sentía incómoda escuchando como mi tía gritaba por teléfono, claro que no me lo dijo; pero su expresión lo decía todo. 
No podíamos concentrarnos en nuestras tareas. El sueño, la pereza, y el ruido no nos ayudaban a enfocarnos bien.

-¡¿Podemos ir a otro lugar?!- preguntó mi amiga elevando el tono de su voz.

-¡¿A dónde?!-.

-¡No sé!, ¡Pero salgamos por favor!-.

Entonces juntamos nuestros libros y carpetas y los metimos en nuestras mochilas, salimos de casa, y una vez ya más lejos del ruido nos pusimos a pensar. Habíamos acordado ir a la plaza, pero por obra del diablo tuvo que salir Estefania a sacar la basura; con unos shorts negros muy cortos, un top blanco muy ajustado, sandalias, con su cabello todo recogido, y a Azul no se le ocurrió mejor idea que pedirle ir a hacer la tarea a su casa...y ella aceptó. 
...
Y ahora estamos sentadas frente a frente, en el cuarto de Estefy, resolviendo un extenso trabajo de Derecho.

-¿Se les ofrece algo de tomar?-.

-No, gracias- sonrió Blue, quien estaba sentada a mi lado.

-Ay, no seas modesta. Mi casa es su casa-.

-A mí me gustaría un poco de agua, por favor- miré a Estefania a los ojos y le sonreí.

-Ok, ahora vuelvo- ella se levantó dejándonos a mí y a mi amiga solas en la habitación.

-Ella es muy amable, ¿No?- comentó Azul.

-Sí...-.

-Y también muy linda- me golpeó con el codo en las costillas e hizo una sonrisita traviesa.

-¿En qué estás pensando?, no, nada. Imposible- reí nerviosa.

-Ay, sí como no. "A ver dulce Laura, dale un besito a tu querida Estefania"- dijo poniendo labios de pato y acercándose a mí.

-Ok- sonreí besándola. Me dió mucha gracia que después de separarnos del beso Azul estaba totalmente petrificada -¿Qué?, ¿No te gustó mi beso?- estaba cortando la distancia entre las dos para besarla de nuevo.

Ni siquiera sé porqué lo iba a hacer, fue sólo impulso, y lo gracioso de su cara. Pero ella se alejó y señaló con la cabeza que me diera vuelta. 
Quería que la tierra me tragara en ese maldito momento. Mi enemiga estaba en la entrada de su cuarto inexpresiva, mirándome a los ojos; sentí que la fuerza del Universo oprimía mi pecho, no podía respirar, estaba congelada de...¿De qué?...¿Miedo?...¿Verguenza?...No, simplemente porque era incómodo, y porque de algún modo sentí que estaba traicionando a Estefania; Loco, ¿No?.

-No sabía que eran novias- la castaña se sentó y me entregó el vaso de agua.

-Gracias. Bueno...no, no somos, en realidad- no sabía que decir, su mirada sobre mí me ponía muy nerviosa; como si le debiera algo.

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