El principio de la mitad de los problemas

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Capítulo 9  

¿Qué es esto?, ¿En qué momento vimos esto?. El examen estaba frente a mí y no sabía como resolverlo, mi mente estaba en blanco.

-Y no quiero que nadie se copie- dijo la profesora antes de sentarse. Saben que la mitad de los alumnos en el salón lo hacen y aún así lo dicen.

Tenía la pluma en la mano y no realizaba movimiento alguno. 
Mis rizos cubrían parte de mi cara, y mis ojos viajaban desde mi corta falda hasta mis temblorosas manos.
Miré un momento a mi derecha, donde Azúl se sentaba, y ella estaba escribiendo y resolviendo con una gran sonrisa el examen.

-Hey- le susurro -¿Sabes resolver esto?-.

-Sí...es muy fácil- respondió en el mismo tono.

Noté que la profe levantó su mirada, así que me alejé de mi amiga y con lo poco de información que había en mi mente comencé a resolver los ejercicios.

...

Después de dos horas, finalmente salimos del salón. Algunos de mis compañeros tenían una expresión de haber cavado su propia tumba; otros estaban tranquilos porque sabían que aprobarían; pero la gran mayoría estaba como yo: rogando por el milagro de sacarnos aunque sea la nota necesaria para aprobar.
Sin decir una palabra seguí a mi grupo de amigas. Compramos unas galletitas dulces para el receso, y cuando éste llegó todas nos sentamos en dos bancos paralelos uno al otro y con 50 centímetros de distancia.

-¿Y?- preguntó Azul -¿Cómo les fue?-.

-Creo que bien- respondió Romina.

-Más o menos- dijo Natalia.

-Yo ya desaprobé todo- Jazmín cubría su cara.

-Lau, ¿Cómo te fue?. Sí sabías resolverlo, ¿No?- ahora Blue me miraba a mí, y luego todas mis amigas también.

-Eh...bueno...este estuvo más difícil que otros...y...mal -reí nerviosa -Creo que voy a desaprobar- mis amigas me miraron estupefactas -¿Qué?-.

-No me lo puedo creer- habló jazmín.

-Pero...¿No estudiaste?- interrogó Daiana.

-¡No!, ¡No estudié!, ¡No sé que mierda pasa conmigo!, ¡¿Ok?!- exclamé furiosa y todas se callaron -Voy al baño-.

Caminé en silencio y enojada hasta el lugar ya mencionado. Entré y mojé un poco mis manos para después pasarlas por mis mejillas. 
En pleno silencio, ya que extrañamente no había nadie en el baño, escucho un pequeño golpe proveniente de la última puerta al fondo del cuarto; me acerqué para saber si todo estaba bien...no debí haberlo hecho porque descubrí que había dos personas teniendo sexo. Y mi curiosidad no se detuvo. Fui al cubículo de al lado y espíe por encima de la pared que dividía los sanitarios, vi como la zorra de Camila (una chica dos años menor que yo) estaba siendo envuelta por el placer que el cuerpo de mi ex le producía.

-¿En serio?- hablé sin pensarlo y ellos se detuvieron mirando hacia arriba.

-¿Quién es?- preguntó la chica alterada.

-No sé, no la vi- respondió Tomás subiéndose la cremallera del pantalón.

O eso creo que dijo. La verdad es que cuando abrí la boca, automáticamente salí corriendo del baño; mi corazón latía muy fuerte y estaba muy asustada de que supieran que los vi. 
Me estaba alejando de ese asqueroso sitio, cuando levantó mi mirada y veo a Estefania charlar muy entretenida con mis amigas. Mi estómago comenzó a doler y sentía unas extrañas ganas de vomitar. Ella estaba en mi lugar, con mi grupo.       Pudo haber tomado todo lo demás, pero mi lugar en ese grupo es mío y de nadie más...era todo lo que me quedaba. Así que me puse firme al andar hasta llegar donde ellas estaban sentadas.

-Hola- la saludé con un beso en la mejilla. Mis amigas me miraron confundidas, ellas saben que sólo saludo en la mejilla cuando: alguien me interesa o hay mucha confianza, y confianza no es exactamente lo que tenía con Estefy.

-¿Estás bien?, te ves pálida- me preguntó la castaña que odio.

-Sí, estoy bien...solamente me encontré a Tomás y a Camila muy juntitos en el baño -entrelacé los dedos de mis manos y los moví para que se diera a entender el mensaje.

-¡¿Que?!-.

-¿De verdad?-.

-¿Por qué se hacen drama?, ¿Que ustedes nunca lo hicieron ahí?- cuestionó Natalia.

Todas contestamos que "No" y nuestra compañera miró avergonzada hacia otro lado.

-Hay que avisar en dirección- incitó Daiana a las demás a levantarse y armar pelea.

Todas fueron menos yo, que me negué, y Estefania, que dijo que no quería involucrarse en líos.
Cuando nos quedamos solas Estefy sacó su celular y parecía estar escribiendo un mensaje de texto, le hubiera creído de no ser por el hecho de que su móvil estaba apuntando a mí y el flash de la cámara la delató.

-¿Me sacaste una foto?-.

-No...-.

-Quiero ver- me acerqué para tomar su teléfono y ella lo alejó de mí.

-No, es mío, no tenés derecho-.

-¿Cual es tu edad? ¿Diez años?. Borra la maldita foto que sacaste- esta vez ya me estaba sacando de mis casillas. De alguna manera mi paciencia con ella es muy limitada.

-No- negó con una sonrisa de satisfacción y metió su celular dentro de sus pechos.

-Ya me cansaste- literalmente me abalancé sobre ella y metí mis manos dentro de su camisa. Parecía no importarle que la tocara; es más, parecía disfrutarlo. Solamente me "trataba" de alejar, aunque en ningún momento grito; sólo reía ante mi reacción -Dame el maldito teléfono-.

-Hey, ¿Qué está pasando ahí?- cuestionó la preceptora que justo vio cuando yo tocaba a Estefania.

-Nada, sólo estamos jugando- respondió mi enemiga.

-Que jueguito más raro. Cuidado chicas, no hagan cosas indebidas, por favor-.

-Disculpe, ella me sacó una foto, ¿Podría decirle que la borre?- acusé a Estefy e inmediatamente ella le mostró su celular a la mujer y yo podía ver...no había ninguna foto mía ahí -Pero...¿cómo?. Le juro que ella me sacó una foto-.

-Chicas, sus peleas personales afuera de la escuela, por favor- y sin decir nada más la preceptora se alejó.

-¿Cómo lo hiciste?- la miré con odio.

-¿Hacer qué?- la castaña sonrió uniendo nuestras miradas.

-Eso...la foto que ahora no está, ¿En qué momento la borraste?-.

-¿Quién dijo que yo te saqué una foto?- ella levanta una ceja y hace un gesto de satisfacción.

Le lancé una mirada de odio. No puedo creer que hizo todo eso a propósito.
Nuestros ojos se juntaron por un momento, no podía dejar de perderme en esas órbitas, en todo ese mundo que; en un instante, se me hizo conocido.

-Yo...- traté de decir una palabra, decirle algo, sentía la necesidad de hacerlo. Pero no pude. Unas chicas la vinieron a buscar y la alejaron -Porquería-.

En ese momento sentí de nuevo la soledad, tenía ganas de llorar; pero no lo hice. 
Vi a mis amigas venir hacia mí sonriendo, y en vez de mostrar la enorme tristeza que me inundaba hice lo mismo que ellas. Sonreí, y entonces me hice entender a mí misma que estoy tan sola y que nadie nunca podría saber como me sentía.

Todo sobre ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora