Chapter 30: El rey y el guardián

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En chaldea se le tiene asignada una habitación a cada servant para que pueda descansar. Algo que originalmente era para los masters contratados para viajar en singularidades ahora era ocupado por los valerosos espíritus heroicos que los hermanos llegaban a invocar, gracias a ello cada uno podía personalizarla como quisiera, después de todo Roman, como jefe actual de Chaldea, no tenía problemas en cumplir sus exigencias y debido a ellos cada quien tenía su espacio de la forma que mejor deseara.

Uno de ellos era el Archer contra guardián Emiya, una buena parte de los servants decidieron ser modestos y no pedir tantas modificaciones, el Archer solamente decidió mantener un futón y que el piso de su habitación sea Tatami, nada demasiado ostentoso y que de alguna forma le hacía sentirse cómodo. En aquel momento estaba sentado en medio de la habitación realizando meditación, el Archer moreno no era alguien que hiciera muchas actividades más allá de simplemente cocinar para los servants, ya de cierta forma su carga se redujo gracias a la llegada de Boudica que también era una buena cocinera y Tamamo Cat era un grandioso apoyo por lo que casi no era necesario para él encontrarse en la cocina, más ya algunos servants y personal de Chaldea se habían encariñado con su comida a tal modo que seguía cocinando solo porque no podía dejarlos abandonados, no tenía idea del por qué, quizás seguía teniendo influencia de su antigua vida antes de hacer un contrato con el mundo, pero no era momento para pensar en ello.

El silencio en su habitación le traía paz, deseaba que nada pudiera interrumpirle mientras estuviera en ese modo.

En ese momento algo tocó a su puerta, el Archer no pudo evitar soltar un pequeño gruñido mientras abría sus ojos para saber quién osaba interrumpirlo.

- ¿Quién es?

- Soy yo. – Escuchó esa voz que fácilmente reconoció, ciertamente no le hacía gracia al Archer puesto que, de alguna forma iba muy seguido a verle, como no tenía razón para rechazarla, le permitió entrar. – Lamento molestarte.

Arturia entró a la habitación del Archer con cuidado, ya había procurado quitarse el calzado antes de pisar el tatami, en ese momento se dejó sentarse de rodillas en el suelo, quedando al frente con el Archer.

- ¿Necesitas algo ahora? – preguntó este enarcando una ceja y de mala gana, pensando que le pediría algo relacionado con comida. La Saber mantuvo una expresión impasible y calmada en todo momento.

- No es nada, solo quería venir, puesto que este ambiente me hace sentirme tranquila. – Expresó solamente para desconcierto del Archer.

- ¿Solo por esa razón? Deberías saber que prefiero tener un tiempo a solas.

- ¿Qué tiene de malo? – Expresó Arturia. – No es como que tener compañía sea algo malo, bien podríamos tener algo para platicar en esta ocasión.

Emiya no seguía al pie de la letra las intenciones de la Saber, desearía saber por qué es que se volvió tan insistente en el hecho de acompañarle cada que la ocasión se presenta.

Haji y Rika estaban hablando en ese momento con Da Vinci en ese momento, tenían unas cuantas peticiones para ella con tal de mejorar su rendimiento al momento de ir a singularidades para repararlas y es algo que les beneficiaría en un futuro.

- Así que desean armas que potencien su magia. – Exclamó la caster llevándose una mano al mentón.

- No siempre podremos tener a nuestros servants para protegernos de los enemigos comunes, por lo que algo como armas sería bastante adecuado para poder defendernos en ciertas situaciones. – Explicó Haji.

- Si con esto podemos quitarles un peso de encima y logren concentrarse mejor en la batalla, sería genial. – Proclamó Rika con una sonrisa, la caster se puso a pensar.

Fate Grand Order: CorrupciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora