𝖛. everything is an omen

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╭  ─ ☾ ─ ☆ ╮acto uno: en el resplandorv

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acto uno: en el resplandor
v. todo es un presagio
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Según Gwen, el desmayo no duró más de un minuto y apenas me suministró la poción de Gaius comencé a recuperar el color y la conciencia

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Según Gwen, el desmayo no duró más de un minuto y apenas me suministró la poción de Gaius comencé a recuperar el color y la conciencia.

Según Arthur, en cambio, ese minuto se asemejo a una interminable hora en la que de verdad pensó que nunca despertaría.

Según yo, la oscuridad se volvió aún más profunda luego de que ese viento infernal causara destrozos en la habitación del príncipe y desperté siendo recibida por una molesta Guinevere y un exageradamente aterrado Arthur.

—Era una noche demasiado ventosa, tuve que colocarme estratégicamente detrás del aljibe para no volarme yo misma. Tardaba tanto que decidí entrar, para resguardarme y para comprobar que estuviera bien. Llego a la habitación de Arthur y lo veo desesperado con ella en brazos, revisando sus bolsillos en busca de la poción de Gaius. Me arrodillo a su lado y, por Dios, su rostro estaba más pálido de lo usual, si eso es posible. Arthur encuentra la pócima, pero no podía quitar el tapón del frasco porque sus dedos temblaban. Tuve que hacerlo yo, se la di, esperamos un minuto y despertó.

—¿Por qué se había desmayado?

—Porque no cenó nada más que una manzana. ¡Solo una mordida! Por supuesto que iba a desvanecerse, considerando que luego de lo ocurrido pierde las energías rápido.

—Guinevere, estoy aquí, a cinco pasos y, de nuevo, perdón.

Gwen no está enojada conmigo, ya lo sé, pero por la mirada que me da tampoco estoy segura de que no quiera asesinarme.

—Además, ya han pasado dos largos días, creo que vendría siendo hora de que lo superes.

Ahora estoy mucho mejor, esa locura momentánea desapareció al darme cuenta de que yo no tengo magia. Qué idiotez. La noche, como Gwen bien dijo, había sido acechada por terribles vientos que provocaron la desaparición de varias banderas y ropa que los aldeanos colgaron fuera de sus casas para que se sequen. Se secaron, claro, pero también fueron llevadas por el viento. Apenas Guinevere me contó esto a la mañana siguiente de mi desmayo, me carcajeé histérica, aunque no me atreví a contarle mi tonta teoría. Tal vez termina pensando que en verdad estoy loca y no tengo ganas de tener una charla sobre eso.

NIGHTFALL ✴︎ Arthur PendragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora