Oportunidades

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Sacudió la cabeza intentando eliminar el zumbido molesto en sus oídos. En unos segundos, cambió todo.

Cuando las gemas estuvieron colocadas en el guante, Bruce lo usó para traer de vuelta a los que habían desaparecido con el primer chasquido. Luego de la nada se abrió un portal, por donde naves enemigas aparecieron y momentos después todo estaba estallando a su alrededor.

¿Dónde estaban los demás?

Sólo podía ver escombros, algunas cosas incendiándose y agua por doquier; Antes del ataque, Steve estaba a su lado... pero no aparecía, Natasha temía que estuviera atrapado bajo los restos del complejo y con eso en mente se levantó aún tambaleante, para buscarlo.

—¡Steve!— Gritó por los alrededores pero no había respuesta.

A lo lejos pudo alcanzar a ver a Carol y Thor, que estaban levantando escombros para sacar a alguien debajo, pero antes de lograr su objetivo, una explosión mandó a ambos a volar en diferentes direcciones. Natasha sintió cómo la sangre figuradamente, se le iba hasta los pies.

Se detuvo unos instantes contra una pared que no había colapsado, para intentar recobrar el equilibrio y verificar que aún llevara las armas encima. Había perdido uno de sus bastones, pero le quedaban un par de armas, un cuchillo y no las suficientes municiones; Siendo ella el arma, siempre se las arreglaba para salir de esos embrollos. En esa ocasión no sería la excepción.

—Mierda.

—¡Nat!— Clint corrió hacia ella, con el guante entre sus manos— ¿Estás bien? Tu cabeza...

La pelirroja asintió, restando importancia a la herida sangrante en el inicio del cuero cabelludo.

—Se ve más aparatoso de lo que es, corre, tenemos que ocultar el guante el mayor tiempo posible.

—¿Están todos bien?—Escuchar la voz de Steve a través del transmisor, le devolvió el alma al cuerpo.

—Tenemos el guante, necesitamos a Danvers— Respondió Natasha, disparando al grupo que la perseguía.

—¿Dónde estás?.

—Uhm... donde solía ser el comedor—Dijo, al ver el área destruida— ¿Danvers?.

—¡Arriba!—Gritó Carol, al tiempo que impactaba contra una de las naves enemigas para destruirla.

—Hey, Roja... Dame el guante, es hora de terminar con esto— Dijo tras de ella Tony, que aterrizaba sobre una de las criaturas antes de que éste llegara a Natasha.

—¡No! ¿Que crees que te hará a ti, que eres un simple humano?, ¡estás loco!.

Alejó la pieza de metal de las manos de Stark, no permitiría más sacrificios. Tendrían que pasar sobre su cadaver para dejar que alguien más que no fuese Danvers tocara el guante.

—Gracias por eso, pero no soy simple– le fulminó con la mirada una vez la parte frontal de su casco de desplegó para dejar su cara libre.

—Vete, esperaré a Carol... Steve y Thor te necesitan— Dijo Nat, apurada— tu mujer y tú hija te esperan en casa, Tony. Esta noche no habrán sacrificios.

—¿Quién diablos está atacando ahora?—Escucharon a Scott decir a través del comunicador.

De pronto vieron aterrizar una nave, de la cual bajó un Thanos que admiraba a su alrededor los destrozos que habían ocasionado sus aliados. Natasha sintió el aire faltar en sus pulmones y la mirada de Stark se endureció.

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